Maximalismo Bitcoin

Ricardo Alonso Esparza Gamez
23 min readJun 17, 2023

El maximalismo Bitcoin es una corriente de pensamiento en la que su postulado es que la única criptomoneda que existirá en un futuro no lejano es Bitcoin. La teoría implica que los sustitutos o imitaciones existentes de Bitcoin desaparecerán en cuanto a uso y precio (y el precio es en sí un reflejo de uso). Al ser una corriente de pensamiento, puede entenderse como una teoría o una serie de creencias. Y tanto las teorías como las creencias, son originados dentro de un razonamiento. La razón humana no es infalible, y deriva en yerros tanto en juicio de valor, propósito u obtención de logro, mas por definición, toda acción voluntarias y pensamiento son siempre racionales.

Aplicados a los fines últimos de la acción, los términos racional e irracional no son apropiados y carecen de sentido. El fin último de la acción siempre es la satisfacción de algún deseo del hombre actuante. Puesto que nadie puede reemplazar los juicios de valoración del sujeto en acción por los propios, vano resulta enjuiciar los anhelos y las voliciones de los demás.
- Ludwig von Mises, La Acción Humana, op. cit., p. 46.

Por lo tanto, la postura del maximalismo Bitcoin es racional. Es un sistema filosófico que deriva en determinadas posturas o creencias, mas no es una ideología, movimiento cultural o político, o culto. Que haya personas que dicen tener, o que tienen, este sistema de pensamiento y se comporten de una manera u otra, o que se agrupen en redes sociales o en la vida real, o que compartan otra serie de pensamientos o ideas, o bien que sucumban a modas y tendencias no implica que el maximalismo Bitcoin pase de ser más que una forma de pensar. Y todo pensamiento conlleva a una acción, e incluso la falta de acción es un acción en sí. Por tanto hay que analizar al maximalismo Bitcoin como una teoría, cuyo debate debe ser objetivo, explicativo y/o científico.

A grosso modo, el maximalismo Bitcoin es el de una postura positiva exclusiva hacia Bitcoin, y una negativa hacia otras criptomonedas (altcoins). El maximalismo no tiene una postura oficial o aceptada, no es una religión o escuela de pensamiento formal donde haya una autoridad científica, religiosa o política que recopile los lineamientos o normas de esta corriente de pensamiento. Por lo tanto habrá muchas diferentes opiniones sobre qué es y qué no es el maximalismo Bitcoin. Habrá quienes intenten definirlo desde un punto de vista científico, y habrá quienes quieran incentivar e influenciar ciertas creencias y conductas. Igualmente, hay niveles de posicionamiento, desde una postura pro-Bitcoin en cuanto a activos digitales, hasta una postura pro-Bitcoin en cuanto a todo tipo de activos, incluyendo ahorros. Independientemente de todo esto, la esencia es la misma en todos casos: Bitcoin como la única, primigenia y preponderante alternativa descentralizada dentro de los activos digitales.

El origen del término maximalista Bitcoin fue acuñado por Vitalik Buterin, co-fundador de Ethereum, la segunda criptomoneda en valor de mercado tras Bitcoin. Originalmente, fue un ataque, o bien, una crítica, hacia ese sistema de pensamiento no definido en el que se plantea un monopolio de Bitcoin dentro de los criptoactivos. La comunidad de Bitcoin lo tomó más como un halago y lo hizo propio, llevando con orgullo el mote y popularizándolo para difundir las ideas y postulados de esta teoría. Por una parte, quienes comparten esta filosofía buscan proteger y mantener tanto la economía de Bitcoin, como el funcionamiento del sistema Bitcoin. Se es adverso a los cambios y se busca mantener la esencia del protocolo de Bitcoin, sobre todo en cuanto a su emisión, suministro, transparencia, colaboración, y requerimientos técnicos para participar dentro del protocolo. Por esto, podría interpretarse como una forma de puritanismo, pero la realidad es que es una postura racional y fundada en la lógica, el interés propio y la criptografía.

Una de las ideas más recientes que ha alcanzado recientemente cierta prominencia en partes de la comunidad de Bitcoin es la línea de pensamiento que tanto yo como otros hemos descrito como “maximalismo de dominación de Bitcoin” o simplemente “maximalismo de Bitcoin” para abreviar, esencialmente , la idea de que un entorno de múltiples criptomonedas en competencia es indeseable, que es incorrecto lanzar “otra moneda más” y que es justo e inevitable que la moneda de Bitcoin llegue a tomar una posición de monopolio en la escena de las criptomonedas “.
-Vitalik Buterin, 20 Noviembre 2014, blog de Ethereum

En sus inicios, Bitcoin no fue más que un proyecto desconocido que empezó a difuminarse a través de oscuros blogs de criptografía. Es natural que aquellos que se interesen en esta disciplina científica posean a su vez tendencias anárquicas o libertarias. Si bien Bitcoin no es político en sí, las implicaciones de su uso y adopción, sobre todo mientras incrementen, sí tiene efectos políticos, sociales, culturales, y económicos. Además, al ser un nuevo tipo de tecnología, es natural que atraiga a personas con un perfil de pensador independiente y crítico. Sin tomar en cuenta aquellos que se sienten atraídos hacia el mismo como una forma de obtener una ganancia económica fácil, el encanto de Bitcoin es su transparencia y auditabilidad. La esencia de Bitcoin es eliminar la confianza, por ende, es lógico que un gran número de los primeros usuarios y líderes de pensamiento dentro del ecosistema Bitcoin sean naturalmente desconfiados y ácidos. Incluso, es lógico que pensadores independientes crítico-analíticos lleguen de manera aislada a las mismas conclusiones, incluso contraria a la narrativa oficial de las instituciones mediáticas, académicas, y estatales.

Su creador(es), Satoshi Nakamoto, es completamente anónimo y desconocido, y no se sabe respecto a sus posturas oficiales más allá de mensajes limitados, el white paper de Bitcoin, y el código de Bitcoin lanzado públicamente. Una de las razones de existir de Bitcoin se imprimió para la posteridad en el bloque génesis de la blockchain de Bitcoin: “The Times 03/ene/2009 Canciller al borde del segundo rescate para los bancos”. Si bien parte del propósito fue mostrar que la cadena de bloques no inició antes del 03 de enero del 2009, en un mensaje en un blog para hablar de su nuevo proyecto, parte del mensaje fue el siguiente: “El problema de raíz con la moneda convencional es toda la confianza que se requiere para que funcione. Se debe confiar en que el banco central no degradará la moneda, pero la historia de las monedas fiduciarias está llena de violaciones de esa confianza.” Satoshi implementó diversas técnicas de informática y criptografía para lograr inventar (o descubrir) Bitcoin, y muchas de ellas las tomó de intentos anteriores de realizar monedas digitales. Por ejemplo, algunos de los que contribuyeron indirectamente son Nick Szabo, Adam Back, Hal Finney, Wei Dai. Todos ellos tienen algo en común: fueron o estuvieron asociados a los cypherpunks.

Los cypherpunks son un grupo de individuos que promueven el uso de tecnología y criptografía como un medio de transformación social y política, protegiendo la privacidad del individuo ante la censura y el monitoreo estatal. Postulaban que el anonimato, así como la privacidad en la comunicación eran claves para una sociedad libre y abierta y para la libertad de expresión. Ya que muchas contribuciones empleadas en Bitcoin provenían de individuos que se identificaban o asociaban con los cypherpunks, es natural esperar que parte de la esencia de Bitcoin esté intrínsecamente ligada a sus principios. Sin embargo, tanto los maximalistas Bitcoin como los cypherpunks son individuos que actúan de manera autónoma para lograr un propósito, y que para lograrlo colaboren con otros mediante ideas, debates, asociación y trabajo. Pero las afinidades, fobias, manías, virtudes y vicios personales de uno y otro son subjetivas, así que lo importante es valorar los principios y metas. Al final del día, la tecnología que ambos emplean es solo una herramienta que depende de las personas que la utilizan.

La privacidad es necesaria para una sociedad abierta en la era electrónica. … No podemos esperar que los gobiernos, corporaciones u otras grandes organizaciones sin rostro nos concedan privacidad … Debemos defender nuestra propia privacidad si esperamos tener alguna. … Los Cypherpunks escriben código. Sabemos que alguien tiene que escribir software para defender la privacidad, y… lo vamos a escribir.

- Erich Hughes, A Cypherpunk Manifesto

Se ha mencionado de momento a Bitcoin como una criptomoneda, pero Bitcoin es más que eso. Bitcoin es un protocolo, una red entre pares que necesita de usuarios para funcionar, y de software. Bitcoin es un sistema en sí. Pero para ser un sistema por sí, necesita de usuarios. Eric Voskuil, autor del libro “Criptoeconomía, Principios Fundamentales de Bitcoin” (en opinión de este autor, el mejor libro escrito sobre Bitcoin) expone que Bitcoin es economía, tecnología y seguridad. Omitir estos elementos en su análisis lleva a falacias y errores. Para él, la propuesta de valor económico de Bitcoin es la de ser una moneda resistente al control gubernamental tanto en la manipulación monetaria como en la censura de transacciones. Por ello, se debe partir con la premisa que Bitcoin es resistente. Para lograr ser resistente, debe ser seguro. Como sistema económico, Bitcoin depende de tres fuerzas de seguridad que dependen de sí en este orden: compartición de riesgos, disipación de energía, y regulación de poder. Dentro de su definición, para que un sistema o tecnología pueda optar a ser Bitcoin debe cumplir con estos tres principios. Si no cuenta con estas tres fuerzas reguladoras, no lo es. Las definiciones de estas fuerzas son las siguientes:

  • Principio de Compartición de riesgos: La seguridad es una fuerza que depende de la acción de las personas. Una persona debe tomar un riesgo físico al intercambiar, minar y validar transacciones bitcoins. Solamente la voluntad y capacidad de resistencia de estar personas puede permitir que la red de Bitcoin sea corrompida o coaptada. Por ello, la descentralización es clave para mitigar este riesgo personal, al no tener dependencia de un solo individuo, y mientras más individuos participen mayor seguridad.
  • Principio de disipación de energía: Bitcoin otorga el poder de confirmación de transacciones al minero que más prueba de trabajo haya demostrado. Se hace resolviendo un problema matemático de manera competitiva. Todo trabajo implica energía. La blockchain avanza al dar validez a la prueba de trabajo más grande (por tanto, mayor energía usada). Para poder atacar Bitcoin, habría que recrear toda esta energía disipada dentro del sistema, además de emplear más energía que los nodos mineros honestos.
  • Regulación de poder: Las comisiones que se genera para que los mineros estampen la blockchain son el incentivo para que actúen de manera honesta y se sobrepongan a un potencial censor. De igual manera, las comisiones de estas transacciones y este trabajo incentivan el capital para desplegar mayor poder de cómputo que un potencial atacante.

El valor de Bitcoin respecto de sus alternativas se desprende directamente de quitar al estado del control tanto sobre la oferta monetaria como sobre la censura de transacciones. Las ventajas incluyen ser libres de señoreaje, controles cambiarios, y vigilancia financiera. Estas permiten que el dinero sea transferido a cualquier persona, en cualquier lugar y momento, sin necesidad de permisos de terceros.

-Eric Voskuil, Criptoeconomía

Bitcoin depende por ende de fuerzas internas y externas. Por una parte, las fuerzas externas son económicas y sociales: la demanda por la moneda implica un precio y un incentivo para participar en la red y validar transacciones y minar bitcoins, y por otra parte las fuerzas sociales depende de la voluntad de los usuarios no solo en términos de mercado si no de toma de riesgos. Por otra parte, las fuerzas internas dependen de la tecnología en sí y del grado de participación de las personas dentro del protocolo. No se debe omitir por tanto el análisis de Bitcoin sin tomar en cuenta todas estas dinámicas. Bitcoin es el todo y no sus partes. Si la criptografía, o una base de datos pública estampada consecutivamente (la blockchain o cadena de bloques), o la prueba-de-trabajo pueden ser utilizadas para otro fin es irrelevante cuando se analiza una tecnología que intenta ser Bitcoin.

Para Voskuil, el maximalismo no es mas que un esfuerzo para promover una determinada criptomoneda sobre sustitutos. El potencial beneficio para los promotores es elevar el precio de la criptomoneda sugerida. Lo distingue de la concientización sobre las shitcoins (criptomierdas- término peyorativo para referirse a las altcoins que intentan emular a Bitcoin), que son estafas puesto que no cumplen con los principios válidos para ser considerado Bitcoin independientemente de las intenciones de sus fundadores. Si bien, su análisis es desde un punto de vista económico, ya que el precio y los incentivos en Bitcoin están ligados a la demanda y por ende valoración subjetiva de las personas (el campo de estudio de la economía), no podemos olvidar el aspecto tecnológico. Además de ser un protocolo, Bitcoin es software. Y además de ser software, Bitcoin es un criptosistema.

Disipación de Energía. La mina de Bitcoin más grande de Rusia. Fuente: Bloomberg

Para diseñar un criptosistema, es necesario pensar como un criptoanalista. Un criptosistema es una serie de algoritmos que en su conjunto logran un objetivo criptográfico. La criptografía es la disciplina o ciencia cuyo propósito es independizar los flujos de información de su contenido. Gracias a la informática y las matemáticas, esto pasó de una especulación filosófica a algo tangible: es en la actualidad posible mandar un mensaje cuyo contenido sea leído por un solo recipiente. Los criptosistemas utilizan pruebas matemáticas para probar el grado de invulnerabilidad de los algoritmos. No obstante, estas pruebas son intricadas, sensibles y su relación con la realidad es motivo de controversia. Por ende, pequeñas alteraciones a estos algoritmos puede invalidar la prueba de seguridad expuesta. (Andrew Poelstra, matemático y contribuidor de código abierto de criptografía, A Treatise on Altcoins, 2016).

Las criptomonedas son enormes y complejos criptosistemas, que se componen a su vez de criptosistemas. Las criptomonedas están diseñadas para transferir valor mediante información definida y contenida internamente en el sistema, creando escasez. Bitcoin es el prototipo de estos criptosistemas, ya que transfiere la autoridad de aprobación para las transacciones y mantiene un libro de contabilidad global de valor fungible asociado a esta autoridad. La innovación es que este libro de contabilidad global es completamente abierto, auditable y descentralizado, otorgando autoridad a todos sus usuarios mediante consenso tanto para aprobación como para el orden en el tiempo. Determinar su seguridad es sumamente complejo, y no hay manera que incluso juntando a todos los expertos en criptografía del mundo se pueda determinar de una manera sólida y matemática su seguridad. La mejor manera de verificar lo robusto de estos criptosistemas es de manera empírica: aquellos que tienen mayor tiempo funcionando, que no han sido comprometidos o hackeados, y que en general hayan demostrado funcionar consistentemente para aquello que fueron diseñados, son los más seguros y fiables.

Pero como se habla de valor, el valor es el campo de estudio de las ciencias económicas. Por tanto, además de evaluar la solvencia y seguridad computacional, es necesario analizar la solvencia y seguridad económica. Al ser un ente descentralizado, es imposible analizar los incentivos, cálculos económicos, y la teoría de juego implicada de manera discreta y definida matemáticamente. Se puede diseñar el sistema de modo tal que los incentivos se alineen para actuar de manera honesta, pero esto es imposible de garantizar. Solo se puede determinar que tan problable es que alguien deshonesto no pueda juntar mayor número de recursos para corromper el sistema que para aquellos que tienen un interés para que el sistema sea honesto. Por ello, el número de usuarios de un criptosistema al igual que su grado de participación es clave para la seguridad de un sistema.

Los maximalistas Bitcoin exponen que, debido a ser el primero de su clase, Bitcoin es el más robusto de todos los criptosistemas. Recrear la casi inmaculada concepción de Bitcoin sería sumamente difícil, ya que se requiere un grado de descentralización absoluto, y que potenciales agentes maliciosos, estatales o privados, ignoren el inicio del sistema cuando se es más vulnerable. Conforme el paso del tiempo, Bitcoin se hace más sólido ya que se prueba: a) invulnerabilidad a hackeos (fallas inherentes de seguridad) b) invulnerabilidad a ataques que busquen corromper (fallas no inherentes de seguridad) c) fiabilidad. Podría haber criptosistemas nuevos que busquen ser inherentemente más seguros, privados, rápidos, eficientes. Es bien sabido la cantidad de energía utilizada dentro la minería de Bitcoin por su algoritmo de prueba de trabajo, de igual manera, su límite de transacciones así como la velocidad de confirmación lo hacen inviable para crecer como un medio de pago generalizado a gran escala. Pero son estas características lo que le hacen ser cien por ciento descentralizado y fiable, además de otorgar resistencia a ataques del gobierno. Para que una altcoin sea mejor que Bitcoin, no solo debe demostrar ser más segura inherentemente, sino serlo también ante factores no matemáticos ni computacionales.

Para que un gobierno pueda utilizar un ataque del 51% sobre Bitcoin, necesitaría a) juntar suficiente poder de cómputo para sobreponerse a los mineros honestos b) hacerlo de manera secreta para no alertar a los usuarios de Bitcoin y c) lograr crear desconfianza en toda la cadena de Bitcoin para mermar su valor. Un ataque del 51% se basa en que la probabilidad de un nodo minero deshonesto sea mayor que la de los honestos en encontrar la solución al problema matemática que permite estampar los bloques de la blockchain y minar bitcoins. Esto es solo una probabilidad, así que estrictamente no se necesita un 51%, solo de esta manera se garantiza una mayor plausibilidad, aunque no una certeza en hacerlo. Para logar esto se necesita tener suficiente energía para alimentar los equipos de cómputo, y disponer de los equipos de cómputo en sí. Si bien esto no es imposible, la probabilidad de obtener ambos es prácticamente nula: si estimamos la electricidad utilizada en minería de Bitcoin anual como 100 TWh, se tendría que utilizar la mitad de la electricidad que genera la planta eléctrica más grande del mundo, la presa de las tres gargantas en China, para poder tener una posibilidad de corromper Bitcoin por unos cuantos bloques. Además de ello, tendrían que juntar la suficiente cantidad de equipos de cómputo minero en medio de una escasez de chips y competir contra la demanda de nodos honestos y la industria. Luego, al darse cuenta del ataque, los nodos honestos pueden simplemente implementar una bifurcación a raíz del último bloque antes del ataque y continuar en otra cadena de bloques, nulificando el intento. Intentar esta operación, por ejemplo dejando a gran parte de un país sin electricidad por un tiempo y sorteando la logística de operar y construir infraestructura para millones de equipos de cómputo, tendría grandes costos económicos, sociales y políticos.

Fuente: criptionoticias

Una manera más sencilla en que los gobiernos pueden combatir a un criptosistema es prohibiéndolo. Pero prohibir Bitcoin implica implícitamente reconocer a Bitcoin. Bitcoin es un protocolo y es software a la vez. Por una parte, de qué manera puede un gobierno prohibir el software y las comunicaciones? Los intentos para parar la piratería, la dark web, y el crimen cibernético han sido fútiles. La única manera en que se pueda lograr esto es prohibiendo toda la computación y cortando toda la comunicación. Si bien no es imposible, es altamente improbable que se dictamine esta política por una parte, y que pueda ser aplicada en la práctica. Una operación de este sentido tendría altos costos sociales, políticos, y económicos. Pero aún así, al ser Bitcoin un protocolo, existe en un plano intangible de las ideas y las normas, y por ende puede ser recreado (con dificultades) sin equipos de cómputo. Al enfrentarse a Bitcoin, un gobierno reconoce a Bitcoin como un soberano, pero es un soberano intangible e inalcanzable.

Bitcoin es. Al igual que la gravedad, la luz del sol durante el día o los meteoritos en espera en el cinturón de Kuiper, Bitcoin simplemente es. No hay nada que pueda hacer o abstenerse de hacer, no es una entidad, es una regla.

A diferencia de Bitcoin, tanto los estados en conjunto como las personas que los componen individualmente son entidades y, como tales, pueden hacer o no hacer cosas. Una cosa que los estados pueden hacer es agregar Bitcoin a la lista de sus enemigos. Otra cosa que los estados pueden hacer es evitar llenar su lista de enemigos con cosas que no son entidades[…]

Por lo que muestra la experiencia, la gente no tiende a apoyar estados que, ya sea estúpidamente o sin saberlo, incluyen reglas entre sus enemigos. No se puede ganar una guerra contra las matemáticas, o contra las drogas, o contra la “injusticia social”, o los “kulaks”.
-Mircea Popescu, http://trilema.com/2013/stage-n-bitcoin-exists/

A diferencia de las shitcoins, no hay fondo de capital de riesgo que lo sostenga, fundación, grupo definido de desarrolladores, fundador o individuo alguno que pueda ser llamado a comparecer o testificar, o a responsabilizarse sobre Bitcoin. No hay autoridad alguna que pueda emitir, prometer a emitir, o representar a Bitcoin. Si alguna ente en particular, privado o público, hace posicionamientos sobre Bitcoin, fuera de su impacto en la demanda no tiene impacto en el sistema Bitcoin en sí. Se podría llamar al creador anónimo de Bitcoin, Satoshi Nakamoto, si es que se llegase a encontrar, a comparecer o modificar o parar Bitcoin, y esto no tendría efecto en el protocolo. Bitcoin es cien por ciento descentralizado y está en poder de sus usuarios por decisión unánime. Hay alrededor de 45 mil nodos, y creciendo, distribuidos a través del mundo. Muchos de ellos no son localizables, así que esperar encontrar a cada usuario de Bitcoin es técnicamente imposible.

Concentración de nodos Bitcoin individuales alcanzables. Fuente: https://bitnodes.io/

Por lo tanto, es imposible prohibir a Bitcoin en sí, en la práctica se combate ya sea su uso, minería, o la interacción con los bancos y medios de pago oficiales. Pero esto no impide que Bitcoin pueda seguir operando en el mercado negro. De igual manera, que un estado persiga las actividades de Bitcoin como la minería y los negocios no implica que esto no sea a grandes costos políticos, sociales o económicos. Al ser el criptoactivo con mayor valor, hay un gran número de empresas e individuos con interés en su éxito. Comunidades enteras que han sido revitalizadas económicamente gracias a la minería. Provincias y ciudades que lo han legalizado o puesto dentro de sus arcas. Naciones estado que lo han reconocido como moneda de curso legal. La teoría del juego no está implicada directamente en Bitcoin, así que no es algo inherente a cualquier criptosistema, sin embargo, haciendo una evaluación de estos temas, se puede llegar a la conclusión que, al ser Bitcoin la criptomoneda más probada y segura, el incentivo es sacar ventaja de esta.

Las criptomonedas son sistemas complejos, compuestas de sistemas complejos en sí interdependientes y sensibles. Nadie tiene un conocimiento entero y absoluto sobre su funcionamiento presente y futuro. Su, rendimiento y eficiencia ha sido puesto a prueba y ha fallado en muchas ocasiones. Bitcoin ha estado en línea de manera interrumpida por 3,749 días, y contando, y desde su incepción en enero de 2009 ha funcionado el 99.9883% del tiempo. Su rendimiento se demuestra en su valor de mercado, más del doble que la siguiente criptomoneda en tamaño y más del 45% del valor de todo el mercado de las criptomonedas. Bitcoin es sin duda la criptomoneda más popular, y por ello se beneficia de los efectos de red. Los efectos de red deben entenderse en este caso no como lo que da mayor valor a un producto en base a la entrada de nuevos usuarios, ya que el valor proviene de la evaluación subjetiva de los agentes económicos de bienes y servicios respecto uno de otros, sino a la ventaja comparativa de una red existente para incrementar la adopción.

Valor transferido por segundo de Bitcoin vs otras criptomonedas. Fuente: Samson Mow en twitter

Por otra parte, se piensa que es un componente individual de Bitcoin lo que hace Bitcoin en sí, o lo revolucionario. Aislar los componentes del sistema no es apropiado, así tampoco tomar alguno de ellos y pensar que se puede emplear para otros propósitos. El registro contable público, transparente y auditable de (la blockchain), combinado con la prueba de trabajo, hace posible que se defina la escasez y propiedad digital fungible dentro del sistema, así como la descentralización y seguridad del mismo. Además de los análisis técnicos necesarios para poder saber si modificar el criptosistema para otro fin es viable y seguro, deben hacerse análisis prácticos.

Las blockchains son ineficientes, lentas y poco pragmáticas en comparación a las bases de datos centralizadas. Para qué sirve la descentralización y la transparencia? Para empoderar al usuario y garantizar la resistencia a los ataques. La estructura del criptosistema tiene un fin, pero no es valiosa por sí misma. Por una parte, si una altcoin emite tokens, entonces entra en el mundo de los contratos y los pagos. La mayoría de las supuestas aplicaciones de las altcoins derivan en sustituir el dinero o contratos de emisión diversos. Por lo tanto, competirían con Bitcoin, el dinero fiat, los metales preciosos, y otros activos de inversión, si buscan ser un instrumento de apreciación financiera o de medio de intercambio (dinero). De igual manera, al ser contrato de inversión, serían regulados por las leyes del mercado de valores de cada país. Así que inevitablemente debe hacerse la pregunta, son estos criptosistemas robustos para competir contra los sistemas de bancos y pagos tradicionales, tanto en funcionalidad, rendimiento, fiabilidad, y poder resistir potenciales ataques tanto estatales como privados?

Por otra parte, muchos de los usos sugeridos de las altcoins no compiten con Bitcoin, cuyo propósito es almacenar, recibir y mandar valor de manera distribuida y descentralizada, si no con empresas, tecnologías e instituciones diversas. Por ejemplo, una propuesta es la tokenización de activos físicos como metales, inmobiliario, arte. Esto es un tipo de contrato de inversión, por lo cuál debe evaluarse su a) utilidad b) mejora del status-quo c)seguridad. Y como todo criptosistema, la seguridad no solo es computacional sino económica. Otra aplicación es la de contratos inteligentes. Para sustituir un contrato tradicional, se busca sustituir la seguridad física y de las leyes por la seguridad criptográfica. La cultura de Silicon Valley de moverse rápido, experimentar y romper cosas no es la manera en que uno puede crear criptosistemas complejos y dinámicos sólidos y resistentes. Algunas otras propuestas como poder computacional distribuido, son buenos en teoría pero imprácticos en la realidad, si uno necesita poder computacional es mejor requerir a servicios centralizados de empresas como Amazon, Microsoft, Google que utilizar un sistema que por diseño es lento, ineficiente y costoso.

La blockchain y la criptografía no son valiosas en sí mismas. Como toda tecnología, son simples herramientas para lograr un fin: satisfacer las necesidades y caprichos del ser humano. Pero además de que como producto, los criptoactivos y criptomonedas son en principio difíciles de evaluar en cuanto a seguridad y funcionalidad por la complejidad y dinamismo de los criptosistemas, muchas de las propuestas pretenden reinventar la rueda. Añadir tokens a servicios y productos existentes no les hace más valiosos, funcionales o útiles. Allen Farrington, matemático e inversionista autor del libro “Bitcoin es Venecia”, hace una gran crítica respecto a sugerencias de uso de la industria de criptoactivos en este hilo de twitter.

Bitcoin, por otra parte, es una propuesta de valor de crear un dinero sólido. Los aspectos del principio de moneda fuerte o solvente, de acuerdo a Ludwig von Mises, son dos: en primer lugar, que sea la elección del libre mercado como un medio de intercambio común, y en segundo, que pueda obstruir la tendencia del gobierno a manipular el sistema monetario. Bitcoin es un protocolo que mediante el software funge una función: ser una reserva y sistema de intercambio de valor por sí misma global y descentralizada. Los exponentes del maximalismo Bitcoin no solo creen en Bitcoin como innovación tecnológica, sino como una herramienta indispensable en una causa: el combate a las malas prácticas fiancieras, la desigualdad económica, y la injustica y caprichos de los sistemas centralizados. El nacimiento de Bitcoin a raíz de la crisis financiera de 2008 es una alternativa a los sistemas bancarios tradicionales que a menudo le han fallado a la gente común. El maximalismo se basa en una creencia y una fe en el potencial transformador de Bitcoin, pero estas creencias a su vez nacen dela investigación, la experimentación, la observación, el escepticismo y el análisis crítico.

La exposición del maximalismo Bitcoin incluye que el costo de oportunidad al no irse al cien por ciento a Bitcoin es muy alto. Por un lado, desde un punto de vista financiero, si Bitcoin tiene el potencial de ofrecer una alternativa a todas las reservas de valor mundial y los bancos centrales, su revalorización respecto a cualquier otro activo puede ser mayor de un factor de cien. Por otra parte, al ser una comunidad empoderada por sus usuarios, la innovación y el desarrollo de productos y servicios basados en el ecosistema Bitcoin es primordial para hacer más solvente al criptosistema. El uso, promoción e inversión es altcoins compite por tanto con lograr una mayor adopción de Bitcoin, y por tanto, hacerle más fuerte, seguro, influyente y transformador. Las altcoins y criptoactivos son una distracción respecto a la única blockchain que importa, además de manchar su reputación con muchos esquemas de fraude, intencionales o no.

La revolución de Bitcoins no es ser un sistema de pagos rápidos o digitales. Tampoco lo es la blockchain, donde las marcas de tiempo de los documentos no se podían manipular con el concepto de una cadena de bloques protegida criptográficamente, concepto inventado en 1991 Stuart Haber and W. Scott Stornetta. Tampoco lo es la criptografía en sí, con muchas de las técnicas empleadas dentro del protocolo siendo inventadas antes de Bitcoin: proof-of-work en 1993 por Moni Naor y Cynthia Dwork, árbol de Merkle en 1979 por Ralph Merkle, SHA-2 en 2001 por la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos (NSA),la Criptografía de Curva Elíptica (ECC) en 1985 por Neal Koblitz y Victor Miller. La revolución de Bitcoin es la de haber empleado todas estas técnicas para crear un protocolo que funge como criptosistema otorgando seguridad computacional Y económica para funcionar como un sistema de pagos descentralizado Y distribuido. Bitcoin es una moneda plenamente digital que elimina la intervención de intermediarios. Por lo tanto, es necesario que sea seguro para evitar el problema del doble gasto: cómo comprobar que el remitente no clona los datos contenidos digitalmente y envía pagos múltiples a diversos remitentes.

Las altcoins, amén de la propuesta de negocio, tienen severas limitaciones respecto a Bitcoin, cuyo criptosistema en conjunto está diseñado para eliminar intermediarios y permisos y, ser resistente a la censura. La primera, es que los criptosistemas solamente transmiten valor contenido dentro del sistema en sí. No pueden comprobar ni delimitar nada fuera del sistema. Por lo tanto, para poder hablar de contratos inteligentes, de registros de propiedad, de tokens respaldados por otros activos, se habla de cosas fuera del criptosistema, y que el criptosistema es incapaz de validar o verificar por sí mismo. Es decir, se pierde la descentralización y la distribución así como la naturaleza de usuario-a-usuario de Bitcoin, haciendo por tanto el desarrollo de estas altcoins un ejercicio tautológico y circular ya que depende de terceros. La segunda, que muchos de estos criptosistemas proponen que para hacer sus funciones, como por ejemplo un contrato inteligente, se deben gastar los tokens nativos de los criptosistemas. Si el propósito de estos tokens es ser gastados cuando se ejecuta un contrato inteligente, entonces no se puede hablar de una competencia con otros activos para tener el potencial de almacenar valor ya que son consumibles. La tercera es la falta de inherencia de la propuesta de valor. Si bien el valor es subjetivo, y nace de la evaluación de los agentes económicos de diversos bienes escasos entre sí, la propuesta de valor, o utilidad, de Bitcoin es inherente a sus funciones, la utilidad de las altcoins es dependiente de factores externos. Por ejemplo, las stablecoins, monedas estables en español, son tokens ligados a activos físicos. La más popular de ellas es Tether, que tiene paridad 1:1 con el dólar estadunidense. Aquí es evidente que la propuesta de valor no tiene nada que ver con el criptosistema en sí, sino con ser ligado a otro activo, por lo tanto, su utilidad está ligada intrínsecamente al otro activo y no es útil por sí mismo. La cuarta, que si intentan ser Bitcoin, deben demostrar a priori ser más seguros que Bitcoin. Como se ha expuesto anteriormente, Bitcoin es de código abierto, por lo cual si se descubren técnicas criptográficas mas seguras, rápidas o eficientes, son fáciles de implementar dentro del protocolo; por ejemplo, se cambió la forma en que se crean las llaves llaves públicas y privadas de Curva Elíptica a Firma Schnorr, que son más pequeñas para almacenar, más rápidas de verificar y más seguras ante ciertos ataques que la usada anteriormente (ECDSA). Pero lo que las otras altcoins no podrán replicar es el historial de transacciones con la energía hundida en el sistema de Bitcoin. Por una cuestión de tiempo y rendimiento, Bitcoin será siempre más inmutable que copias posteriores.

En esencia, el maximalismo Bitcoin es una creencia o teoría basada en una evaluación racional y objetiva de las características distintivas de Bitcoin. Bitcoin fue la primera criptomoneda exitosa y sigue siendo la más confiable, probada y segura. Su resistencia comprobada a los ataques, las fluctuaciones del mercado y las presiones regulatorias durante toda su existencia les da a los maximalistas una razón para creer en un monopolio dentro de los activos digitales. Para algunos con una preferencia temporal corta, puede haber momentos en que no solo otros criptoactivos sino cualquier inversión supere momentáneamente en apreciación a Bitcoin. Pero el poder transformador de Bitcoin va más allá de su revalorización. Es, de momento, la única alternativa distribuida y descentralizada a los bancos centrales y el status-quo financiero.

Foto generada con DALL-E 2

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Ricardo Alonso Esparza Gamez

Interests: Energy, Sustainability, Economics, Bitcoin, Finance, Technology, History, Art.