Qué es Bitcoin, cómo funciona y por qué es importante. (Parte II)

Parte II de II (Parte I en este link)

Ricardo Alonso Esparza Gamez
51 min readJan 10, 2023

Importancia de Bitcoin

Bitcoin es una innovación tecnológica que de ser exitosa y adoptada por la mayoría traería cambios profundos en la humanidad. Bitcoin es altamente disruptivo no solo por haber resuelto problemas de la ciencia de la computación sino por cambiar la red más grande del ser humano: los mercados. No solo tiene implicaciones tecnológicas, su impacto financiero conlleva a cambios en los cálculos económicos que cuanto más grandes son más cambian los incentivos y las decisiones individuales y colectivas. Su potencial trascendencia es de amplios efectos sociales y morales que pueden trastocar a la civilización como la conocemos. Los logros tecnológicos de Satoshi analizados sustancialmente llevan a catalogarlo como algo propio de los mitos, la alquimia o la ciencia ficción.

“Toda tecnología lo suficientemente avanzada es indistinguible de la magia” Arthur C. Clarke

Por una parte, Bitcoin es la realización o descubrimiento de la propiedad digital. Entiéndanse a la propiedad como la posesión de algo y la disposición completa y autónoma de ello. La Real Academia Española (RAE) define por una parte a la propiedad como Derecho o facultad de poseer alguien algo y poder disponer de ello dentro de los límites legales. Una segunda definición de acuerdo a la RAE es Cosa que es objeto del dominio, sobre todo si es inmueble o raíz. Bitcoin no solo conlleva la concepción de objeto de dominio en el espacio cibernético, conlleva una redefinición del concepto de propiedad en sí.

Para garantizar su primer definición, es necesario la existencia de un Estado avanzado o bien la interferencia de intermediarios de cualquier tipo. Estos pueden ser autoridades, testigos, aparatos burocráticos o más. Por lo tanto, esta definición está intrínsecamente relacionada a los derechos de propiedad.

La propiedad es un concepto plenamente humano. Es aquello que nos separa de las bestias, y es la base de la civilización. Es desde la propiedad que se pueden inferir los más fundamentales derechos humanos: la libertad y la vida. La disposición completa y autónoma de nuestro cuerpo es lo que permite conseguir el derecho a la vida. Todo es energía, y el universo se compone primordialmente de átomos, materia oscura y energía oscura. Lo que distingue al ser humano del resto de la materia del universo son los límites. La vida se distingue por barreras con permeabilidad selectiva que regulan el intercambio con su entorno. Así es como podemos observar que las barreras y las delimitaciones que distinguen a un ser humano de la masa del universo permiten identificar un organismo (además de la existencia de signos biológicos como metabolismo, crecimiento, respuesta a estímulos, etc.).

Es la existencia de estas barreras que permiten la noción de conciencia y de un ser único e individual. Si la propiedad jurídica se halla sometida a la voluntad, exclusividad y a la acción de su propietario, sin más límites que los que marca la ley, la libertad se basa en la capacidad de actuar por voluntad propia dentro de los límites determinados por la biología. Libertad y propiedad están íntimamente relacionados, no existe la una sin la otra: la esclavitud es la propiedad de una persona por otra. Para poder garantizar los derechos naturales de cada ser humano, es necesaria la noción de la propiedad del cuerpo y de la mente como fuentes indivisibles y únicas de agentes autónomos e independientes. Es desde la voluntad propia que se distingue al ser humano como un ser racional, es decir, que usa la razón o intelecto para actuar con determinado objetivo, que a través de sus acciones u omisiones busca la satisfacción de sus deseos.

Los deseos pueden ser caprichosos o sensatos, su juicio certero o equívoco, llevar al arrepentimiento o a la satisfacción, mas siempre son producto de la voluntad propia. Es desde este contexto, que el ser humano se distingue a sí mismo de su entorno y de sus semejantes, y que de esta manera puede llegar a reconocer al prójimo como su equivalente. De aquí nace la capacidad de organización y cooperación del ser humano, del reconocimiento de la propiedad biológica: la del cuerpo que alberga la conciencia. Y es a través de estas delimitaciones que el ser humano satisface sus demandas y reconoce las demandas de los demás: la acción exclusiva sobre su entorno, así como los límites de esta exclusividad, nace de la voluntad propia delimitada por cada ser humano único e individual.

Es por ello que debe considerarse a la propiedad como algo que trasciende las leyes. La ley reconoce el derecho a la vida, mas la vida no depende de la ley para ser concebida. La vida y la propiedad existen con, sin o a pesar del Estado. El derecho a la vida y la libertad, así como los derechos de propiedad son inventos humanos que reconocen bajo el marco de organización en el que se ejerce el poder (la aplicación de la ley a través del monopolio de la fuerza), conceptos que obedecen a la naturaleza. La posesión, disposición completa y autónoma del entorno y del actuar no dependen de la ley; pueden llevar a cooperación y conflicto si los agentes autónomos que operan dentro de la misma entran en acuerdo o desacuerdo, pero no cambian la realidad en sí. Puede incluso darse cambios de propiedad al margen de la ley, ya sea de manera voluntaria o forzada, pero esto es en el fondo una lucha de voluntades.

“El ser humano no es una cosa más entre otras cosas; las cosas se determinan unas a las otras; pero el hombre, en última instancia, es su propio determinante. Lo que llegue a ser — dentro de los límites de sus facultades y de su entorno — lo tiene que hacer por sí mismo.’’

Viktor E. Frankl

Propiedad y civilización están íntimamente relacionados. El comercio es tan antiguo como el hombre mismo, aún de una manera primitiva como el trueque. El ser humano no se guía por sus necesidades, si no por sus deseos. El hombre siempre ha buscado hacerse con la propiedad del otro a través de la fuerza o el comercio. Durante el periodo protohistórico en Mesopotamia conocido como El Ubaid, comprendido entre el año 5000 antes de cristo y el inicio de la Edad de Bronce, se han localizado en las ruinas de yacimientos cercanos a la antigua ciudad de Ur abalorios hechos de amazonita que deben haber sido importadas de las colinas Nilghiri del sur de la India, y que pasaron de mano a mano. En el Antiguo Egipto, todo el país era propiedad del faraón. En el antiguo Israel, el décimo mandamiento dicta que “No codiciarás los bienes ajenos”. En entierros prehistóricos en China, se han encontrado fragmentos de cerámica y otras herramientas distintivas en cada tumba, indicando por tanto la concepción de la pertenencia de objetos materiales para cada individuo. Del Tíbet a Escandinavia, de México a Perú, estos patrones de sepelios marcadamente distintivos da indicios de una concepción ancestral del concepto de la posesión individual.

La propiedad por ende trasciende la concepción moderna de estado y leyes, y tiene orígenes antropológicos y biológicos. Por una parte, está ligada a la satisfacción de necesidades biológicas, pero por otra parte, es aquello que hace del ser humano satisfacer no solo sus necesidades sino sus anhelos e intenciones. Está adherida a lo irracional y a lo racional. El origen de la propiedad es incierto como lo es el de otras concepciones plenamente humanas como la libertad, la familia, la dignidad, la religión. Un complejo proceso de tradición e imitación, de ensayo y error, y no tanto de cálculo y raciocinio, dio lugar a humanos gregarios con una serie distintiva de costumbres y forma de vida. El derecho a hacer uso de un dominio reconocido permitió tejer extensas redes de intercambio y cooperación que darían lugar a sociedades cada vez más avanzadas hasta dar lugar a las ciudades. Si bien esto nació de forma costumbrista, esto probaría ser ventajoso para las comunidades que dejasen usar el conocimiento (y por ende raciocinio y cálculo) individual en aras de lograr objetivos, en contraparte a aquellos donde no existía esta posibilidad para ningún individuo o fuera exclusivo de un solo individuo, sea gobernante o patriarca.

Del aparente caos y lo variopinto de la propiedad múltiple se emergió un orden emergente. Para poder servir una multiplicidad de propósitos privados e individuales es necesario contar con la propiedad privada e individual. Toda civilización avanzada se basa en esta cooperación, donde cada individuo utiliza sus ventajas comparativas para alcanzar sus objetivos. Cuando todos los partícipes alcanzan sus objetivos, la civilización crece y avanza. Los antiguos griegos fueron de los primeros en reconocer su importancia y su inseparabilidad de la libertad.

“… la libertad es el bien más preciado del estado y por esta sola razón hace a la propiedad pertenecer específicamente a quienes la adquieren, mientras que en una condición de esclavitud todo pertenece a los gobernantes”
— Strabo, geógrafo, historiador y filósofo griego.

En la actualidad, la propiedad está definida por los derechos de propiedad. Los derechos de propiedad consisten en el uso y transferencia de recursos a través de derechos formales e informales. La formalidad es dotada por el estado moderno, una de cuyas funciones principales es interpretar, definir y ejecutar los derechos de propiedad. La definición de los derechos de propiedad es una función legislativa del estado, la interpretación de los derechos de propiedad es una función judicial, mientras que la ejecución es una función policial. La violencia suele ser una forma de violar la propiedad, y puede ser el estado mismo quien la utilice de manera legítima o ilegítima. Finalmente, la legitimación de un acto se da en base al reconocimiento que se le da por un grupo de la sociedad o la sociedad en general, y puede llevarse a cabo de de manera voluntaria o forzosa.

Por lo tanto, si bien el reconocimiento de la propiedad es clave para la cooperación social y el progreso, la propiedad es frágil puesto que depende de los caprichos y construcciones humanas. La Ley no puede alcanzar a definir la propiedad en todos sus dominios, en todas partes y a través del tiempo. La ley no es más que palabras en una pieza de papel, y prueba de ello es que tanto ciudadanos como gobierno la quebrantan con impunidad ocasionalmente. La propiedad debe ser defendida constantemente de otros seres humanos, sean amigos o enemigos, autoridades o invasores, propios y extraños.

La propiedad es tan importante que ha ocasionado revoluciones y ha llevado a la formación de nuevos Estados. Un ejemplo de ello fueron las expropiaciones que realizaron los monarcas Tudor en Inglaterra sobre las propiedades de la Iglesia, y que luego fueron distribuidas sobre la burguesía. Esto llevó a que la burguesía adquiera un mayor poder (beneficiando así a los monarcas ya que disminuía el poder de la nobleza), dando como resultado final que en la Gloriosa Revolución de 1688 se reconocieran más derechos del Parlamento. La clave para poder dotar de límites a los monarcas fue el poder adquirido por la burguesía que se representaba en el Parlamento gracias a la propiedad adquirida. La influencia de este acontecimiento llegaría a John Locke, filósofo inglés de la ilustración, quien sostenía que la propiedad privada existía bajo la ley natural antes del establecimiento de la autoridad política. Las ideas de Locke fueron altamente estimadas para padres fundadores de los Estados Unidos de América, quienes limitaron el poder gubernamental y reconocieron derechos inalienables de los ciudadanos norteamericanos, cuya concepción no es posible sin el concepto de propiedad. En Rusia, Stalin exterminó a los Kulak, los terrateniente agrarios zaristas, en la década de 1920y 1930 para crear la colectivización agraria y consolidar su poder. Décadas después, los ex-países soviéticos y comunistas empezaron con una transición de propiedad estatal a propiedad privada para poder salir de la miseria.

Aunque la existencia de propiedad privada no es garantía de desarrollo; si la propiedad se concentra en las manos equivocadas, esta puede incrementar el poder del Estado y frenar la libertad. La propiedad privada y libre es una herramienta para combatir la rapacidad y el autoritarismo. Los derechos de propiedad no solo son dados, deben ser reivindicados. La historia humana es una larga serie de ataques y defensas en las que la propiedad juega un papel fundamental, y cuyo efecto ha causado derramamiento de sangre. El ser humano debe concebirse entonces no solo como un individuo aislado con facultad para actuar libremente, si no también como uno que puede ser libre mientras colabora con otros. La propiedad es progreso.

“Si en tales contactos los agentes libres deben coexistir, apoyándose mutuamente y sin obstaculizar su desarrollo, esto sólo puede lograrse reconociendo un límite invisible dentro del cual la existencia y operación de cada individuo tiene asegurado un cierto espacio libre. Las reglas por las que se determinan estos límites y, a través de ellos, el libre alcance de cada uno, son la ley.”

- Friedrich Carl von Savigny, jurista alemán

Si bien la propiedad tiene un origen costumbrista y biológico, y la legislación y política la han meramente desarrollado y formalizado, no podemos descartar que los derechos de propiedad actuales y las formas en las que la propiedad se encuentra en la actualidad son finales. Los derechos de propiedad actual se ocupan sobre todo de la propiedad material: el empleo y dominio de recursos naturales y de la tierra. Hay otras normas sobre la propiedad intelectual, los derechos de autor, que se ocupan del dominio exclusivo por el simple hecho de la creación de una obra literaria, artística, musical, científica o didáctica. Hay otras formas de propiedad en discusión o sobre las cuales no se posee una Ley clara, por ejemplo, la propiedad de nuestra propia vida (eutanasia), la propiedad de una vida gestándose dentro de uno mismo (aborto), la propiedad de nuestro propio cuerpo (mandatos de vacunas) , o la propiedad de las ideas y la cultura (acusaciones de plagio por emplear diseños indígenas en marcas de ropa, uso de símbolos autóctonos en logos mercantiles, uso de recetas de comida tradicionales para fines comerciales, entre otros).

Todos estos derechos de propiedad deben ser defendidos por seres humanos de otros seres humanos. En algunos casos es más sencillo que en otros, pero todos en el fondo se basan en el uso de la fuerza. El Estado garantiza la aplicación de la ley mediante el monopolio legal de la fuerza, valiéndose de ello para de ser necesario atentar contra la vida o la libertad de los ciudadanos. Pero aún así es imposible garantizar una defensa plena y certera de la propiedad: las leyes cambian; los que ocupan el poder también; los ciudadanos y los gobernantes rompen la ley; el Estado falla a garantizar la propiedad en todas partes; grupos de seres humanos opuestos al gobierno, locales o foráneos, cambian la propiedad si son vencedores. Esta garantía es aún más difícil en la era de la tecnología digital, específicamente sobre los derechos de autor (y por tanto de ideas — información).

Es imposible de una manera técnica y tangible garantizar el uso y comando exclusivo de algo digital. Lo que se garantiza son los derechos de uso, pero puesto un sistema digital sirve para la generación, transmisión, procesamiento o almacenamiento de datos, no es posible poder hacer un objeto de dominio de la información. La información puede ser replicada y comunicada libremente mientras haya remitentes e intérpretes. Lo mismo puede decirse de las ideas; es imposible poder poseer y disponer de algo intangible. Empresas de tecnología de la información y la comunicación han intentado sin éxito contener la difuminación fuera del marco legal de sus productos digitales: los sistemas operativos, los programas de software, música, series de televisión y películas, publicaciones científicas, y muchos más. De la misma manera que es sencillo comunicar ideas, es sencillo descargar y distibuir contenido digital protegido por derechos de autor. El propósito de la tecnología digital es transmitir y almacenar datos, por lo que es una incoherencia pensar en un uso exclusivo de la información. Bitcoin pudo crear la propiedad digital al realizar la escasez digital: solo puede disponerse de lo que es suyo si esto suyo está estrictamente definido y delimitado.

La genialidad y paradigma de Bitcoin es que se pudo crear una escasez digital, una garantía que un conjunto de datos son irreproducibles e irreplicables. Este conjunto de datos, o información, al ser estrictamente escaso está estrictamente delimitado y definido a quien tenga su objeto de dominio. Bitcoin no necesita de las leyes ni del uso de la fuerza física para delimitar la propiedad: de la misma manera que solo quien tenga la contraseña de un correo electrónico puede enviar correos desde una determinada cuenta, solo quien posea las claves privadas de una dirección de bitcoins puede hacer uso de ellos. Es por ello que (ignorando los temas de seguridad cibernética y personal necesarios) Bitcoin es una revolución de los derechos de propiedad y de las formas de propiedad: no solo se crea la propiedad digital sino que se lleva la propiedad a lo más puro y elemental, al dominio del raciocinio de cada ser humano. Solamente el poseedor de las llaves privadas de Bitcoin puede hacer uso y disposición pleno de ellos, ya sea porque se memoriza las llaves o la manera de generarlas, así que Bitcoin logra crear una propiedad ligada la conciencia del ser humano, cuyo poder de decisión reside de manera libre y soberana en cada uno, garantizando poder transmitir valor en una red de pagos descentralizada y libre.

La propiedad de Bitcoin es pura no solo por ser lo más posible cercano al libre albedrío individual, lo es también pura por estar al margen de los permisos y de la necesidad de defenderla de otros humanos . Cualquiera puede crear una dirección Bitcoin sin pedir permiso a nadie ni tener que depender de unas leyes para que se garantice su creación, y su uso y disposición solo requiere de conexión a internet y computadoras. Al ser Bitcoin un protocolo, Bitcoin es una serie de ideas expresadas en un código de software que puede ser empleado por quien sea. Bitcoin da acceso a la propiedad a cualquier persona que tenga acceso a estos dispositivos, sin importar lo que digan las cambiantes leyes humanas y regímenes políticos. Bitcoin garantiza una propiedad anónima y absoluta: las inquebrantables leyes de las matemáticas dictaminan de manera simple el balance de bitcoins y que solo el poseedor de las llaves privadas puede moverlos a otra dirección.

La aparente simpleza de enviar y recibir pagos es algo completamente transformacional ya que es la primera vez en la historia que se logra la propiedad de manera consumada, plena y permanente. Que esto se logre mediante un sistema descentralizado en el que solo se progresa por consenso garantiza otro hito: que todos sus participantes colaboren sin imponer su voluntad sobre otros. Al no haber líderes ni intermediarios, Bitcoin garantiza el consentimiento pleno de sus partícipes, no puede haber abuso de autoridad. Después de miles de años, la propiedad está a salvo de la rapacidad del gobierno y fuera del alcance de la violencia humana. Bitcoin es la realización de una propiedad verdaderamente voluntaria y soberana que no necesita derroche de sangre para ser defendida y reivindicada.

Bitcoin el protocolo crea la propiedad digital al garantizar primero la escasez de sus tokens plenamente digitales nativos y segundo al crear un sistema de normas para una red de pago exenta de confianza. No hay confianza en Bitcoin sino verificación ,una verificación que el legítimo dueño de tokens envíe su balance deseado a quien sea, cuando sea y donde sea. Y que el recipiente de los tokens vea reflejado en su balance los bitcoins recibidos de quien sea, cuando sea y donde sea. Una persona en Marte que pueda conectarse a la red Bitcoin podrá hacer pagos limitado solo por la velocidad de la luz y el tiempo de confirmación. La propiedad de Bitcoin no depende ni es afecta por jurisdicción alguna o querella humana cualquiera, es un puente digital a las reglas de las matemáticas y la lógicas, ajenas a los caprichos y luchas de poder del ser humano, y por ende inmune a ellas.

Pero Bitcoin no solo revoluciona la propiedad, Bitcoin cambia el sistema monetario actual, y el dinero en sí. Al ser una moneda digital fungible, divisible, duradera al no estar expuesta al deterioro físico o químico, y transportable, Bitcoin funge como dinero. Igual que la propiedad, el dinero se define como moneda corriente, que tiene valor legal. Pero en términos económicos, es el medio de cambio o de pago aceptado generalmente. Al igual que la propiedad, el dinero tiene orígenes costumbristas y biológicos. El dinero es un resultado y una expresión de la propiedad: por una parte, el dinero es propiedad de su dueño, y por otra parte, es el instrumento empleado para hacer cambios de propiedad legítimos. El dinero surgió como una tecnología para facilitar el intercambio de productos y bienes y servicios.

El dinero es más antiguo que las leyes y que la concepción moderna de Estado. Si bien ahora mismo el sistema monetario está limitado por el margen legal y las decisiones del gobierno, el uso y concepto del dinero sobrepasa estos límites. Que el gobierno pueda confiscar dinero depositado en bancos, delimitar el uso del dinero o bien cambiar el valor y volumen de dinero por decreto no implica la inexistencia de un mercado que busca hacer otro uso del dinero para poder satisfacer las necesidades humanas. De manera símil a la propiedad, el gobierno puede controlar los derechos sobre el dinero pero no el concepto del dinero: existen mercados negros, transacciones al margen de la ley y movimientos de precio en el mercado de divisas contrarios a los esfuerzos y expectativas del gobierno. La necesidad del ser humano de intercambias bienes y servicios no es un invento del gobierno ni procede de los deseos gubernamentales. La ley de oferta y demanda es ajena a decretos y jurisdicciones al igual que cualquier ley natural. El gobierno formaliza y ha creado sistemas de pago para facilitar el comercio internacional y regular el dinero. Pero el dinero es tecnología, y la tecnología evoluciona.

Bitcoin es el siguiente paso evolutivo del dinero: plenamente digital y exento de intermediarios, Bitcoin elimina la necesidad de confiar en el gobierno o intermediarios privados para crear un sistema de pagos global y confiable y para enviar, recibir y almacenar valor. Al ser imposible la concentración de poder dentro del protocolo, Bitcoin es una moneda incorruptible, no hay individuo o grupo de individuos que pueda controlarlo y cambiarlo a su antojo, con buenas o malas intenciones. No hay ente que pueda diluir las monedas de Bitcoin para enriquecerse o financiar a determinados grupos, no hay individuo o grupo de individuos que pueda ser bloqueado de transaccionar en la red, no existe manera de confiscar fondos a menos que se posea la llave privada. Además, Bitcoin es el primer activo monetario estrictamente escaso en la historia, un logro sin precedentes.

Bitcon es la separación de propiedad y Estado, y de dinero y Estado. Bitcoin es la separación de propiedad e intermediarios, y de dinero e intermediarios. Bitcoin es la separación de propiedad y materialidad, y de dinero y materialidad. Todos estos paradigmas conllevan profundos y aún inciertos cambios. Al eliminar la necesidad de unos de los principales objetivos del gobierno que es salvaguardar los derechos de propiedad y dictaminar la legalidad del dinero, Bitcoin cambiará la naturaleza del mismo. Al eliminar la necesidad de intermediarios como Bancos Centrales y comerciales, Bitcoin afectará toda la actividad económica al ser ellos mismos un instrumento fundamental del orden actual. Al permitir almacenar y distribuir valor de manera completamente digital, Bitcoin impactará las nociones de seguridad, cooperación y comercio.

Los descubrimientos técnicos y tecnológicos siempre han marcado el rumbo de la humanidad. La civilización ha sido forjada y alterada por la agricultura, la escritura, las herramientas de metal, los instrumentos de navegación, la pólvora, la imprenta, los motores de combustión interna, la electricidad, las medicinas, el saneamiento del agua, la bomba atómica, las computadoras, el internet. Todo descubrimiento e invento tiene un impacto social irreversible: históricamente, todas las costumbres y normas sociales son transitorias dentro de una civilización determinada, se cambian o se rompen, pero el progreso tecnológico es permanente. Y no solo eso, sino que a mayor adopción tecnológica menor la posibilidad de resistirse a esta. Bitcoin es una tecnología que no solo implica un solo invento o descubrimiento sino tres a la vez: la propiedad digital, la escasez digital, y el consenso computacional distribuido. Si bien hay muchos intentos por copiarlo, Bitcoin es el único sistema de su tipo que funciona y que ha durado por mayor tiempo, resistiendo diversos tipos de ataques. Mientras más pasa el tiempo, más se consolida. Su irrupción se antoja ya inevitable.

Nadie puede predecir el futuro, pero sí es posible aprender del pasado y de la actualidad para especular sobre los impactos de esta nueva tecnología en la sociedad. Si bien afectará en muchos otros aspectos, podemos hablar con mayor certeza sobre el cambio que implica Bitcoin en el dinero y en la propiedad.

Impactos sociales

El dinero es primitivo, se tiene conocimiento de esta tecnología desde tiempos prehistóricos cuando las sociedades pastorales y pre-agriculturales usaban el ganado como forma de intercambio. Esta tecnología ha evolucionado conforme al paso del tiempo conforme a los nuevos conocimientos sociales y el conocimiento social, por su parte, ha sido influido por el dinero. Ya que el dinero es la manera en la que es posible llevar a cabo los intercambios económicos, el dinero toca todo lo social puesto que la economía es la satisfacción de las necesidades materiales del ser humano. Cuerpo sano en mente sana, como decían los romanos, por lo tanto es imposible separar lo material del plano espiritual. Cuando la sociedad no tiene manera de satisfacer sus necesidades materiales, sobre todo aquellas elementales para garantizar su supervivencia, las dinámicas sociales cambian.

El dinero no es la felicidad, pero sí es la solución de problemas, y el origen de tantos males. El propósito social del dinero es simple: hacer posible la cooperación para satisfacer las necesidades individuales agregadas orgánicamente colectivamente en el mercado. El dinero no es un fin en sí si no un medio, el propósito último del dinero es ser utilizado como mecanismo de información para realizar intercambios a través del tiempo y del espacio. El dinero tampoco es capital, el capital se entiende como el conjunto de bienes productivos que sirve para coleccionar y/o utilizar bienes de consumo. El dinero es simplemente la representación del valor de este capital y de los bienes de consumo, puesto que como se expuso antes, es inviable en sociedades lo suficientemente civilizadas y grandes realizar intercambios a través de bienes puramente de producción y consumo. Si bien el dinero en sí no es ni producción ni consumo, sí que determina ambos al fungir como puente entre los dos tipos de bienes y entre bienes de su misma categoría. El dinero por tanto influye en la creación y en la realización.

Imagen del dios hindú Shiva, el dios destructor y restaurador, como Nataraja, el danzante cósmico. Shiva es la fuente de la danza cósmica que creó el universo en interminables ciclos rítmicos. Fotografía del LACMA.

Cuando un consumidor necesita un bien de consumo, es a través del dinero que se hace del mismo. Cuando un productor necesita capital, es a través del dinero que se puede hacer de él. Cuando ni uno ni otro necesitan bienes en el presente, es a través del dinero que salvaguardan para intercambio de bienes en un futuro. Fundamentalmente, esto es el ahorro, la acumulación de capital. El ahorro es muy distinto a la inversión, cuyo propósito es a través del capital (bienes productivos) generar bienes de consumo que sean intercambiables por dinero. Es absurda y falsa la creencia que el dinero trabaja solo, el dinero no genera dinero, el dinero permite comprar bienes de consumo y/o producción a determinado tiempo. Por lo tanto, el dinero está íntimamente ligado al tiempo y al espacio.

Como el dinero informa sobre el tiempo y el espacio, el dinero afecta la manera en que los individuos, cuyo conjunto forma la sociedad, se relacionan con su entorno y con otros individuos. No en vano los grandes textos religiosos de todos los tiempos y culturas guardan palabras sobre el dinero. El dinero termina impactando la moral y psicología de la sociedad. La historia está llena de ejemplos donde cambios en el dinero han influido de manera parcial o completa en transformaciones positivas o negativas según sea su caso en diversas civilizaciones.

Parafraseando al economista austriaco Ludwig von Mises, se puede entender al dinero sólido como aquel que está fuera del alcance de la manipulación de unos cuantos a expensas de otros, sean ellos el gobierno o no. La dureza del dinero se mide además por su capacidad de no ser devaluado: mientras más escaso sea, más duro puesto que una parte de la ecuación que genera el precio (la oferta) es poco perturbable o fija. El dinero endeble, por otra parte, es aquel que es fácilmente manipulable y controlable, y cuyo suministro es fácil de incrementar. La historia de la sociedad es la historia de avances tecnológicos: por una parte, se pasó de la edad de piedra, a la edad de bronce, a la edad de hierro, a la edad de acero. De la misma manera, se ha incrementado la dureza del dinero: conchas, sal, piedras preciosas, metales preciosos.

Esta dureza ha estado relacionada a sus atributos físicos: desde la escasez hasta la maleabilidad y durabilidad. Es fácil entender entonces porque el oro ha sido durante miles de años con excepción de los últimos 50 el dinero de casi todas las culturas: es puro, difícil de producir, maleable y duradero gracias a sus propiedades químicas. El oro es maleable y puede convertirse en piezas más pequeñas. El oro podía ser intercambiado por cualquier tipo de bien a través del espacio por su aceptación y del tiempo por su durabilidad y casi indestructibilidad.

Es sencillo ver, por ende, con la analogía de la dureza de los materiales y del dinero, las implicaciones del dinero en la civilización. Una casa construida con materiales frágiles y degradables está condenada a desaparecer con el paso del tiempo, y a ser vulnerable a las fuerzas de la naturaleza. De la misma manera, una civilización construida con dinero fácil no será duradera y está expuesta a ser devorada por la naturaleza o civilizaciones más fuertes. La acumulación de capital a largo plazo permite construir catedrales y pirámides más largas, sobrevivir sequías y otros desastres naturales, crear almanaques de conocimiento cada vez más largos, liberar a los individuos que participan en la actividad económica de dedicar su vida entera a la producción, y en fin último, reducir la entropía del universo. La entropía debe entenderse de ambas maneras como la tendencia al caos y la disponibilidad de energía disponible. La civilización solo crece si genera mayor orden y si transforma mayor energía útil a expensas de la del infinito.

Y si alguno edificare sobre este fundamento oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la descubrirá, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno, sea cual sea, el fuego la pondrá a prueba.
- Corintios 3–12:13

El dinero es tiempo y energía, así que en sociedades no agrarias es determinante en la manera en que el individuo se comporta. Puede liberar, o esclavizar; puede condenar a pasar el tiempo y la energía en busca de la supervivencia, o liberar la mayor parte posible de ambos para alcanzar fines sublimes y elevados. Ningún santo o asceta está libre de su influencia material puesto que trastoca por necesidad a cualquier sociedad avanzada. La relación del hombre con el tiempo y la energía es la relación con el universo.

El dinero lleva a la corrupción moral y los vicios de manera directa a través del intercambio de bienes y servicios, e indirecta a través de los incentivos. Nos ocupamos pues de la manera indirecta que no depende del carácter sino del entorno y sistema. Si bien una base de dinero sólida no es suficiente para garantizar el progreso, sí es un requisito. Por otra parte, el dinero fácil (o frágil) es una garantía de colapso social. El dinero débil distorsiona la percepción social del tiempo ya que deja de ser un instrumento útil sobre el mismo. También distorsiona la percepción social de la energía, ya que hace que se utilice mayor energía útil para lograr el mismo trabajo. El dinero fácil es entonces el camino a la entropía.

Cuando los individuos no pueden salvaguardar para su futuro, o cuando su dinero no alcanza para satisfacer sus necesidades presentes, los individuos pasan cada vez más de seres humanos a agentes puramente económicos. En peores instancias, cuando los individuos no pueden garantizar su supervivencia, pierden su humanidad para pasar a bestias. Es innegable la influencia catastrófica del dinero fácil, sobre todo en periodos prolongados de tiempo. Solo los elegidos pueden en los peores momentos proteger su espíritu del impacto del dinero fácil en el mundo material y en el comportamiento de los demás.

Si uno se ocupa de en su totalidad de ganar la carrera al dinero débil, entonces debe convertirse en un eterno especulador o en buscar la manera de generar más ingresos. Las maneras pueden llegar a ser ventajistas y/o inmorales. Si uno no se ocupa, o bien no le alcanza, entonces uno solo piensa en su supervivencia a corto plazo. Cuando la sociedad no puede acumular capital, solo queda utilizar el generado anteriormente hasta que este llegue a nada. Cuando el capital llega a cero, se tiene que volver a empezar, nulificando el progreso, o se consume la destrucción. El impacto psicológico negativo de ambos caminos es irrefutable.

El dinero fácil crea desesperación y diluye o rompe por completo los lazos sociales. Obliga a los individuos a emplear más tiempo y energía (trabajo) para satisfacer sus necesidades de lo que está dispuesto a expensas de su tiempo y energía personal, familiar y espiritual. Cuando se es incierto si el trabajo presente es equivalente al futuro, se distorsiona el concepto de suficiencia. Esto hace que de manera involuntaria muchos abandonen la modestia y la prudencia. Que otros cuya riqueza se infla de manera artificial porque su valor aumenta respecto al dinero fácil tomen decisiones alguien que tiene más capital poniendo en riesgo su patrimonio. Que el acceso a capital o activos se dificulte más de lo natural para aquellos de bajos ingresos, creando una estratificación social. Que aquellos sin los medios suficientes vean su energía y tiempo disminuidos o robados, creándose una esclavitud de facto.

Expulsión de los mercaderes del templo, Giotto.

Mientras más se distorsione el valor natural del dinero, mayor la degradación social puesto que más se degrada la búsqueda de la plenitud. Menor será la creación de arte y las manifestaciones culturales. Menor la planeación a largo plazo. Menor el desarrollo tecnológico. Menor será el fortalecimiento filial y la cohesión grupal. En un grado extremo, las cualidades morales pasan a segundo término.

Si bien la disponibilidad de dinero sólido que pueda hacer posible el ahorro no es suficiente para promover la cultura del ahorro, sí lo es una necesidad. El dinero débil por ende imposibilita el ahorro, fomentando el consumismo. El individuo pasa a ser entonces un esclavo del consumo, una búsqueda incesante de maneras de colocar su dinero en bienes de cualquier tipo con tal de no ver su energía y tiempo diluidos por la debilidad del dinero. Pero al vivir en la cultura del consumismo, o al emplear tiempo y energía adicionales para no ver la capacidad de satisfacer sus necesidades disminuida, el hombre termina perdiendo su tiempo y energía. El hombre moderno vive en una esclavitud financiera, pasó de siervo feudal a consumidor.

El grado de degradación social causado por el dinero débil no es uniforme ni cuantificable. Sus efectos dependen del carácter de cada individuo, de la cultura de cada grupo de individuos, y de las condiciones económicas como acumulación de capital y solidez del dinero de otros el grupos de individuos. El dinero débil termina afectando las condiciones y cultura económicas de las naciones. Afecta la inversión y la producción, la calidad de bienes y servicios, la toma de decisiones personales y las políticas públicas. Es el instrumento de tiranos, corruptos y parásitos.

El dinero débil financia costosas y prolongadas guerras. Permite la instalación de aparatos burocráticos extractivos. Programas gubernamentales ineficientes y que obstaculizan la vida productiva. Cambia los incentivos de producción alterando la vida productiva privada. Subsidia servicios y bienes privados y públicos a expensas de la clase productiva.

La cultura de consumo y materialismo que se adueña de las sociedades que no pueden satisfacer sus necesidades materiales ni planear para el futuro no les permite ver realizada una vida plena. Esto genera una cultura nihilista y la falta de unidad social. La civilización empieza a desaparecer poco a poco. Es el momento oportuno para que tiranos disfrazados de demagogos ofrezcan falsas soluciones y tomen el poder. Si bien no ha sido el único factor, la presencia del dinero débil ha sido esencial en caída de imperios y en alzamientos revolucionarios y militares.

Tras vivir un periodo de inflación por las grandes deudas de la primera guerra mundial, la joven República de Weimar se transformó en la Alemania Nazi. El dinero débil no solo influyó en las condiciones económicas de Alemania, dio lugar a movimientos comunistas y depravaciones y excesos corporales que atentaron contra la cohesión y moral social, dando cabida a un movimiento de reacción como lo fue el nacionalsocialismo. El dinero débil no solo destruyó el capital sino el espíritu de sus habitantes de una manera que dos lustros más tarde se verían algunas de las más infames monstruosidades cometidas en la historia.

El dinero es un medio de intercambio cuya utilidad solo se realiza si más de una persona considera que tiene valor, y cuyo propósito crece mientras más personas lo valoren. En Alemania, cuando el dinero dejó de tener valor, la sociedad se quedó sin el repositorio tradicional de poder adquisitivo y sin poder hacer evaluación de ningún bien o servicio. Cuando nada puede ser evaluado o medido, no solo se pierden el valor económico sino social. La supervivencia se convierte en lo único importante, y aquello que valoren los seres humanos cambiará en tanto se garantice la misma. Cuando la base de las motivaciones que guían la conducta humana, las fisiólogicas, no pueden ser logradas, el resto de ellas es destruido. En palabras del periodista y político británico Adam Fergusson, autor del libro “Cuando el dinero muere” sobre la hiperinflación en Alemania post-primera guerra mundial:

“… en la huida, un lugar en un bote o un asiento en un camión es lo más valioso del mundo, más que incalculables millones. En la hiperinflación, un saco de papas puede valer toda la plata de una familia, o una porción de puerco lo mismo que un grandioso piano. Una prostituta en la familia era mejor que un cadáver infantil; el robo preferible a la inanición; el calor más apreciado que el honor; la vestimenta más esencial que la democracia, la comida más necesaria que la libertad.”
-Adam Fergusson

El Imperio Romano fue disminuyendo poco a poco el contenido de plata de sus monedas para poder financiar sus costosas campañas militares y los gastos de manutención de su extenso imperio ya que sus ingresos no eran suficientes. Al igual que en Alemania, el declive fue multifactorial, pero la paulatina devaluación monetaria influyó para destruir el capital acumulado durante siglos así como en el debilitamiento del Estado. Esto se vio acompañado por una sociedad cada vez menos preparada para continuar y defender su civilización, y pasaron casi dos milenios para que la ciudad de Roma superase la población que tuvo en su apogeo clásico como capital del imperio.

De Roma se desprende la frase de pan y circo, en la que los emperadores romanos utilizaban distracciones para contener el descontento y agitaciones sociales y políticos. El dinero débil es el instrumento clave para el pan y circo: el capital es caro y energéticamente demandante, al diluir la moneda mediante devaluación o a través de la deuda se hace posible el desperdicio de capital en soluciones falsas y distracciones a los problemas de la sociedad. El dinero débil hace a la población sumisa y complaciente, y permite que unos cuantos vivan a expensas del resto. Cuando los emperadores diluyeron el contenido de plata para poder costear el salario de soldados y de esclavos del coliseo, sembraron la semilla del socavamiento militar y social que terminó en la caída y conquista del glorioso Imperio Romano.

Contenido promedio de plata (eje vertical, como porcentaje del peso total) de las monedas oficiales del imperio Romano acuñadas entre los años 1 y 300. Fuente: Butcher, K. (2015). Debasement and the decline of Rome. Studies in ancient coinage in honor of Andrew Burnett, 181–205.

En China, la dinastía Song empezó a usar moneda de papel. El propósito fue costear sus excesos y gastos imperiales. Parte clave de este gasto era el mantenimiento de los mandarines, una clase burocrática cuyo propósito era administrar el Estado y realizar funciones intelectuales y académicas. Si bien la elección de estos funcionarios se realizaba mediante un proceso competitivo, en un sistema de libre mercado su poder, alcance y funciones, incluyendo un jugoso retiro con gastos pagados, solo sería realizable al grado que deseara el mercado o la sociedad. No obstante, gracias a la devaluación de la moneda, los emperadores podían jugar con este aparato burocrático a su antojo con el fin de cimentar la influencia del Estado y legitimizar sus excesos. Esto llevó al descontento de la clase productiva al ver su arduo trabajo desperdiciado e insuficiente, desde campesinos a los dueños de capital. Finalmente, esto (y otras causas) llevaría al colapso de la dinastía. Tras la dinastía Song, se instaló la dinastía Yuan de origen mongólico al derrocar a esta última militarmente, y repetiría los fallidos experimentos del papel moneda.

Cada colapso traía años de guerra y destrucción. Obras inconclusas y detenimiento de la producción artística y cultural. Decremento de la población. Si bien la civilización China supo mantenerse por 3,000 años a pesar de múltiples cambios dinásticos, con grandes legados a la humanidad, para finales del siglo 19 China se encontraba muy retrasada respecto a Japón y los imperios Europeos. La dinastía Ming aprovechó el legado de dinastías anteriores, que utilizaron el control estatal sobre el dinero para sostener los intereses de los jefes de Estado en turno, y no para que de manera orgánica la población satisficiera los suyos. China sufrió humillantes derrotas a manos de un puñado de navíos ingleses, portugueses y holandeses. China, con su enorme población y su civilización continua, única en el mundo, inventora de la pólvora y la imprenta, con un territorio extenso repleto de recursos naturales, peleó con armas medievales ante las armas de fuego y los buques con motores de combustión de los europeos. El dinero débil fragua el progreso y permite el nepotismo y despilfarro de unos cuantos.

En la actualidad, somos gobernados por el dinero fiat. Fiat, decreto en latín, es la definición perfecta de dinero débil. El decreto implica explícitamente el control de quienes estén a cargo del Estado, y no de manera libre en el mercado. Se controla el suministro, el uso del dinero, y quién lo recibe. El dinero fiat es la antítesis del dinero duro, ya que aunque el gobierno gestione la política monetaria de manera responsable, siempre existirá el riesgo de lo contrario. Países como Zimbabwe y Venezuela han visto su moneda devaluada de modo tal que el papel de los billetes vale más que lo que dice representar. En estos países reina la pobreza y la violencia, a pesar de sus recursos naturales. El dinero débil fue el instrumento de la dictadura que permitió que uno de los países más ricos del mundo se convirtiera en uno de los más pobres, mientras que la nueva élite vive de manera fastuosa y holgada. Con el dinero débil, no solo se para el desarrollo, se crea el regreso y se destruye la libertad. La centralización monetaria permite que el encargado de la moneda extraiga, administre, expropie o redistribuya la riqueza de todos a su criterio y sin consentimiento.

Pero no solo es en países pobres, subdesarrollados o con regímenes dictatoriales donde el dinero débil surte su influencia. El dinero débil afecta a toda la población, en cualquier parte y bajo cualquier sistema económico y político. En países democráticos occidentales de alto ingreso, el banco central decide a quién, cómo y por cuánto se pueden otorgar préstamos así como la tasa de interés. Esto genera un sistema de perdedores y ganadores artificial, ya que quien tenga acceso primeramente al nuevo dinero, de manera intencional o fortuita, se verá beneficiado de mayor manera que el último en recibirlo.

El control del dinero en un ente central, así como su fácil emisión, genera un clientelismo para poder recibir estos fondos. Universidades, hospitales, la industria y el gobierno tienen como incentivo no servir al prójimo generando un bien o servicio que demande a un precio justo sino obtener el beneplácito de los emisores de moneda. Cuando sus practicantes económicos viven por el dinero, en vez de verlo como un medio, se crea la avaricia y se premia el ventajismo. Los diversos agentes económicos dejan de añadir valor a la sociedad. Los emisores y gestores de moneda no sirven a la sociedad, sino que la controlan.

Durante muchos años, el oro había sido el dinero duro por excelencia, generado de manera orgánica. Si bien no se evitaba al cien por ciento el problema del señoreaje con la minería de este metal, al ser tan escaso este problema era menor, y finalmente era costoso y complicado extraerlo y transportarlo por lo que era muy difícil emitir nuevas unidades monetarias de oro. Es precisamente esta dificultad la que dio lugar al dinero fiduciario y después al dinero fiat. La diferencia es que el coste de emisión del dinero fiat es técnicamente cero, por lo que el señoreaje (derecho económico que se reservaba al príncipe o soberano por la fabricación de moneda) sí es un gran problema.

Bitcoin es el dinero más duro que se ha creado o descubierto en la historia. Como es plenamente digital, es estrictamente escaso. Como es plenamente descentralizado y funciona con y solo con consenso de sus participantes, no puede ser manipulado por ninguna fracción de la sociedad. No es perfecto, ya que como toda tecnología tiene sus desventajas para lograr sus funciones, pero sí es mejor que sus alternativas y que todo aquello que se ha empleado como dinero. La historia indica un progreso tecnológico, así que la lógica apunta a una adopción de Bitcoin como moneda global.

Las dos terceras partes del oro existente han sido minadas en los últimos cincuenta años. El problema del dinero sustentado o puramente físico, sea metal precioso, piedras, sal, conchas, es que la tecnología y la inmensidad del universo no hacen cierto el suministro. La materia y la energía no se crean ni destruyen, solo se transforman. Por lo tanto, la limitante de los recursos naturales no se encuentra en la naturaleza en sí sino en la capacidad del ser humano para transformarla. El problema del dinero basado en cualquier materia prima es que mientras más vale más se incentiva su producción; a mayor producción menor su precio si la demanda no disminuye y por tanto menor solidez. Aún así, no importa si la producción responda al precio o no, mientras sea posible producir más se está en riesgo de devaluación de moneda.

Se estima que el 65% de la superficie terrestre no ha sido explorada. El manto de la tierra, que ocupa el 85% del volumen del planeta, está prácticamente inexplorado. La corteza continental tiene una profundidad desde 30 a 80 km. El hoyo más profundo jamás hecho es de tan solo 12 km. El cinturón de asteroides está repleto de metales; desde hierro y níquel hasta oro y platino. Hay otros asteroides que contienen agua. En el infinito del universo, la materia es inagotable. En contraparte, Bitcoin es finito.

Pero la dureza de Bitcoin no nace solo de su estricta escasez, Bitcoin es el dinero más solido en la historia porque es ingobernable. No hay corporativos que monopolicen su explotación. No hay ente, sea individuos o grupos de individuos como empresas, gobiernos, universidades, que lo controle o pretenda cambiar sus leyes. Bitcoin es ley. Las normas de Bitcoin no están escritas en el ciberespacio, Bitcoin es norma escrita en el ciberespacio. Bitcoin no es un ente que pueda hacer o deshacer, Bitcoin es matemáticas.

No hay gobierno ni persona alguna que pueda censurar transacciones Bitcoin. No hay ente que pueda dictaminar la política monetaria preprogramada de Bitcoin. El uso de Bitcoin es para amigos y enemigos, para propios y extraños. No importa la ideología política ni la religión, no importa la raza ni la nacionalidad, no importa la edad o el sexo. Bitcoin es agnóstico ante todo aquello ajeno a sus reglas matemáticas. Bitcoin es neutro ante cualquier cultura o idioma, y solo funciona en base a sus funciones criptográficas y aritméticas.

Con Bitcoin, el gobierno no puede diluir la moneda para sostener guerras, programas sociales, gasto necesario o innecesario, pensiones. Con Bitcoin, ningún comité puede determinar arbitrariamente la taza de inflación deseada o de interés. En la actualidad, los banqueros se convierten en reguladores, y los reguladores en banqueros, como en un círculo vicioso. Los intereses de los grandes corporativos se reflejan en la política monetaria. Por un lado, se aboga por la independencia de los Bancos Centrales ajenas a los gobiernos electos. Por otros, se considera una injusticia que haya funcionarios de un ente que afecta a toda la sociedad como lo es el Banco Central que no es elegido por nadie. Suponiendo que sea un caso u otro, o mezcla de ambos, es irrelevante. A Bitcoin no le importa. Habrá 21 millones de bitcoins, y su suministro decrece cada 4 años por la mitad. Bitcoin es, y no hay caprichos, normas o costumbres humanas que lo afecten, si no todo lo contrario.

A Bitcoin no le importa los 330 mil tuits diarios que se escriben sobre el mismo. Tampoco le importan lo que el actual dueño de esta red social, Elon Musk, otrora hombre más rico del mundo, diga o piense sobre Bitcoin, aún si él personalmente cuente con una cuantiosa cantidad de Bitcoin y haya permitido a su empresa insigne Tesla invertir en ellos. Si una persona es rica o pobre, importante o desconocida, es de total irrelevancia. Solo importa si el balance es suficiente para la transacción, y si el historial de transacciones es consistente. Si el legítimo dueño cuenta con la llave privada para firmar una transacción, la transacción será válida. Si se hizo con la llave privada mediante la coerción, el fraude, el robo, la muerte o la manipulación no importa. Si los fondos con los cuales compró Bitcoin o las actividades o bienes por los cuales intercambió Bitcoin son morales o inmorales, legales o ilegales tampoco es de relevancia. Cada transacción será válida matemáticamente o no, y cuando lo sea será final y consumada.

La red Bitcoin es el registro contable más fiable y largo de la historia. Cada bloque es sencillo de verificar, y el historial de transacciones es público e incontrovertible. Cuando la solución criptográfica es encontrada y todos los nodos activos en ese momento le son comunicados, la cadena de bloques avanza y marca el tiempo. Cada parte de la larga cadena de bloque encaja de manera perfecta y precisa, como los engranes de un reloj suizo. Como el corazón de un organismo que disminuye el ritmo de sus latidos cuando descansa, y lo aumenta cuando acelera, Bitcoin ajusta la dificultad del problema criptográfico para crear cada bloque conforme al poder de cómputo.

El minero de Bitcoin estampa el bloque y, habiendo estampado, Bitcoin avanza: ni toda la piedad ni todo el ingenio podrán cancelar media línea, ni sentimiento o pensamiento alguno cambiará lo escrito. Como las leyes de la termodinámica, como una operación matemática, como una regla lógica o las leyes de conservación de masa y energía, Bitcoin simplemente existe. La Ley de Gresham, descubierta en el siglo XVI, dictamina que cuando es obligatorio aceptar la moneda por su valor facial, y el tipo de cambio se establece por ley, los consumidores prefieren ahorrar la buena y no utilizarla como medio de pago. A mediano y largo plazo, es inevitable que la demanda por comprar y no gastar bitcoins incremente, como su violenta apreciación en una década lo demuestra.

La historia demuestra que no es posible aislarse de las consecuencias de que otros tengan dinero más duro que el suyo.
- Saifedean Ammous

China prohibió la minería de Bitcoin en junio de 2021. Esto ocasionó que el poder de cómputo de la red en ese entonces disminuyera hasta un 50% en un periodo de menos de un mes. A enero de 2023, no solo es que Bitcoin recuperase sus máximo histórico de minería previo a la prohibición en China, sino que superó ese máximo en otro 50%. Pero no es la primera vez que China atacaba en Bitcoin, en 2013, prohibió compra-venta de Bitcoin a través de los bancos, en 2017, prohibió diversas plataformas de intercambio, en 2019, empezó a ir por la minería de Bitcoin hasta lograr que parase en 2021. Esto logró que el precio de Bitcoin en valor fiat disminuyera dramáticamente. Luego el Banco Central de Estados Unidos subió su tipo de interés. Una grande plataforma de intercambio de Bitcoin logró un efecto cadena en el que varias empresas asociadas a Bitcoin quedasen en bancarrota, con acusaciones de fraude y esquemas de ponzi. El valor objetivo respecto al dólar y otras monedas fiat de un bitcoin se desplomó aún más. Pero esto no logró tumbar Bitcoin. 100 millones de satoshis siguen equivaliendo a un bitcoin, y el límite sigue siendo no más de 21 millones de bitcoins.

Bloque tras bloque, Bitcoin sigue consolidándose. El objetivo de consenso de la blockchain es no solo el contenido del mensaje en el bloque, es decir la validez de las transacciones, también lo es el orden cronológico. Bitcoin es inmutable. Y mientras más avanza el tiempo, más fuerte se hace. Bitcoin es ajeno a la fe y la confianza, cualidades del ser humano. El comercio, la amistad, los acuerdos, e inclusive las leyes y ceses de fuego dependen de la voluntad del ser humano. Bitcoin no. Bitcoin no tiene obligación ante los dueños pasados, presentes o futuros del capital, ni ante el gobierno, ni ante nadie. La vida y la muerte le son indiferentes, al igual que la guerra o la paz.

El humano ha buscado a lo largo de su historia maneras de transferir, almacenar y guardar valor a través del tiempo y del espacio. No solo el dinero cumple esa función, también otros objetos valiosos como el arte, las piedras preciosas, los metales, el suelo, los activos financieros. El dinero fiat ha corrompido la capacidad del dinero de almacenar valor a través del tiempo y ha orillado a buscar otras maneras. Pero las piedras preciosas y metales pueden ver su producción incrementada. Alarmas de la escasez del petróleo han sido falsas, y cada década se alcanzan cuotas máximas de producción. Los venecianos en la edad media y los aztecas con herramientas de la edad de piedra lograron crear más terreno al construir sobre un lago, mientras en la edad moderna Dubai hizo lo propio con isletas aritificales y rascacielos. Los activos financieros son sustituidos o dejan de ser rentables. El arte creado aumenta conforme aumenta la población y producción artística. El dinero estatal es diluido y está a expensas de políticos y banqueros. Todos los anteriores son confiscables y deben ser defendidos de individuos cualquiera incluyendo el estado. Bitcoin es mucho más sólido que cualquier otro activo.

Bitcoin es la separación de moneda y estado. Así como la imprenta rompió el monopolio que ejercía la Iglesia en Europa sobre las escrituras sagradas y los libros, así Bitcoin es la tecnología que libera al dinero de toda influencia humana. Cuando un gobierno se enfrenta a Bitcoin, no se enfrenta a un individuo o a un grupo de individuos, se enfrenta a las matemáticas en el ciberespacio. Ningún gobierno puede llamar a comparecer a Bitcoin, ni puede lograr cambiar a Bitcoin. Ningún individuo por carismático, importante, o peligroso que sea, puede alterar la historia de Bitcoin. Los reguladores no pueden regularlo, ya que Bitcoin es una regulación. Sus partícipes no pueden cambiarlo, ya que se necesita el acuerdo unánime de todos los nodos. Bitcoin es soberano.

De acuerdo al Banco Mundial, 1.7 mil millones de adultos no tenían acceso a una cuenta bancaria en 2017. Las personas y las empresas que no tienen acceso a productos y servicios financieros útiles y asequibles no pueden satisfacer sus necesidades económicas de transacciones, pagos, ahorros, créditos y seguros con cabalidad. En muchos casos, sobre todo en países en desarrollo, solo les queda usar dinero en efectivo lo cual les expone a un riesgo mayor de ser robados, mientras sus ahorros se diluyen por la inflación. Hay barreras para el desarrollo adecuado de servicios monetarios y financieros que van más allá de la infraestructura o la riqueza: burocracia ,regulaciones, límites de montos, límites en base a lugar de nacimiento, edad, género, religión, ideología política. Al ser una red descentralizada de par a par, para poder mandar, recibir y almacenar valor solo se requiere cumplir con una dirección alfanumérica apropiada para utilizar Bitcoin. Ni siquiera es necesario el acceso a internet y computadora, se puede crear una billetera Bitcoin con pluma y papel o mentalmente. Al convertir a cada individuo en su propio banco, Bitcoin rompe el ciclo vicioso de que los gobernantes acuñen la moneda y que quienes acuñan la moneda gobiernan.

Pero Bitcoin también implica la separación de propiedad y estado. De propiedad y violencia. De propiedad y tangibilidad. De propiedad y acuerdos o desacuerdos. De propiedad y palabra. De propiedad y capricho. Bitcoin es el único sistema con derechos de propiedad garantizados para cada individuo.

En muchas sociedades, la propiedad es una indicación de la
la identidad social y la posición social de la persona. Esto a su vez da forma al acceso a muchos servicios gubernamentales, influencia en la política local, participación en las redes sociales, y relaciones dentro del hogar. Si hay una gran cantidad de personas con en necesidad inclusión financiera, la cifra palidece conforme a aquellas que viven sin derechos de propiedad definidos: más de 5 mil millones de personas (Hernando de Soto, economista peruano). Bitcoin no solo es capital sin restricciones de flujo y acceso; también es propiedad sin restricciones de uso. Toda restricción a los derechos de propiedad implica que su acceso deba a atributos personales que las autoridades aprueben en vez de impersonales e imparciales. De esta manera Bitcoin protege la libertad individual: es derechos de propiedad absoluta e irrefutable que no necesitan de autorización para ser ejercidos.

Bitcoin es dinero transfronterizo que permite la disposición libre de la riqueza. Pero para lograrlo, es necesario que Bitcoin el sistema otorgue el poder de posesión y el reconocimiento de la posesión. La red Bitcoin por sí misma otorga y protege los derechos de propiedad. Al descubrir Bitcoin, se ha creado la propiedad digital preestablecida matemáticamente, la cual es libre de reclamar por quien sea. Como si el hombre volviera a nacer, y le fuese dada la posibilidad de conquistar y tomar por sí cualquier suelo que le placiece, pero en un espacio infinito. En Bitcoin no existe el conflicto ni la mediación, existe solamente lo que es válido para todos. Bitcoin no necesita del gobierno.

Hay una larga historia del gobierno no solo fallando en proteger los derechos de propiedad, sino en ser el principal transgresor. Las simples instrucciones de Bitcoin de recibir, mandar y guardar pagos sobre una red descentralizada garantizado por la validez de la firma digital hace que la propiedad sea imposible de confiscar por el estado. El suministro fijo, conocido y preprogramado de bitcoins hace que el gobierno tampoco pueda confiscar la riqueza mediante la inflación o política monetaria. Bitcoin es un paraíso fiscal al alcance de todos los contribuyentes, corporativos o individuales, sin restricción de jurisdicción, nacionalidad o geografía. El anonimato de la propiedad en el ciberespacio hace a Bitcoin inexpugnable.

Al hacer de la propiedad digital, Bitcoin cambia la naturaleza de la violencia. Gran incentivo de la violencia es para el cambio de propiedad. Pero la violencia en el ciberespacio no existe, la naturaleza de los ataques en una red es digital, no física. La manera en que la violencia está organizada y es controlada determina en gran medida el uso de recursos limitados. Aunque la violencia por sí misma no es productiva; el control o combate de la misma sí es crucial para el desarrollo social y económico. El gran dilema histórico es las formas de organizarse para defenderse de agresiones violentas, o lograr cambios a través de agresiones. La protección -seguridad- es por tanto una necesidad vital humana, y en las sociedades más complejas y organizadas es el gobierno quien provee esta protección mediante el monopolio de la violencia a través de la ley. Pero este monopolio no garantiza seguridad ni estado de derecho, tampoco si el uso de la fuerza es legítimo o no; en el caos de la historia, la guerra y la violencia han sido los más grandes motores de cambio e inclusive de desarrollo tecnológico. Se dice que la pluma es más poderosa que la espada, y el protocolo Bitcoin es una aplicación extrema de este dicho sustituyendo la pluma y papel por las matemáticas expresadas como código en el ciberespacio. Bitcoin cambia el militarismo y las fuerzas policiales por electricidad y software para defender la propiedad.

Bitcoin no eliminará la violencia, ni tampoco será el monopolio de la fuerza, pero sí cambia los incentivos de las mismas. Al poner valor a la información, Bitcoin hace que las ideas sean valiosas. El paradiga de Bitcoin es no solo haber convertido la información en algo escazo y valioso, si no en poder transmitir este valor de manera segura. Bitcoin va a revalorizar todo aquello que se considere valioso ante este paradigma: cuando el valor es digital y es inerme ante los efectos humanos incluyendo la más impactante de las fuerzas sociales como lo es la violencia, la sociedad habrá de reconsiderar qué es valioso y qué no, y cuál es su valor respecto a esta propiedad digital.

Dentro de los sistemas distribuidos y voluntarios, no existe la violencia sino las fallas. Como un sistema distribuido, Bitcoin debe garantizar el consenso: que todos sus componentes estén de acuerdo con los valores de datos comunes y realicen lo mismo curso de acciones en respuesta a una solicitud de servicio a pesar de la presencia de componentes defectuosos, enlaces de comunicación poco fiables y manipulación adversaria. La manipulación adversaria es ataques a la red de agentes no honestos cuyo propósito es ajeno al del protocolo: el fallo bizantino. Mediante el envío de mensajes contradictorios o maliciosos, el fallo bizantino implica el daño a la red. Mientras más agentes malicioso existan, mayor el daño que podría socavar el funcionamiento del sistema. Bitcoin se defiende de actores maliciosos mediante las matemáticas: además de verificar el orden cronológico y validez de las transacciones, la red solo marcha al elegir la cadena con mayor trabajo acumulado. Es decir, la red que mayor poder de cómputo emplee será tomada como válida por todos los nodos. Para poder atacar a Bitcoin, se necesita no solo recrear el historial de transacciones y mensajes sino todo el trabajo empleado en el mismo.

Por esta razón, Bitcoin se hace más fuerte mientras más pasa el tiempo y mientras más grande sea la hash rate. Es inconmesurable para un actor individual el juntar la capacidad computacional para recrear Bitcoin. La prueba de trabajo de cada bloque está estampada en el ciberespacio, y querer confundir a nodos honestos requeriría hacer una réplica de toda la energía empleada para alimentar las operaciones computacionales que la red de mineros en su conjunto realizó para resolver los acertijos criptográficos y generar los bloques de la red Bitcoin. Tal empresa estaría solo al alcance de un actor estatal, pero la blockchain es ya tan larga y el poder de cómputo actual tan enorme que tales esfuerzos serían costosisímos e imposibles de ocultar. Además, suponiendo que aún tuviesen éxito, la probabilidad de dañar el protocolo más allá de unos cuantos bloques es prácticamente nula por lo que los nodos honestos podrían actuar rápidamente y actualizar el algoritmo para dar mayor seguridad. La belleza de Bitcoin radica en que todo el conjunto de técnicas empleadas para su funcionamiento (historial de transacciones, estampado de tiempo, prueba de trabajo, ajuste de dificultad) tienen un propósito y son todas necesarias para la estabilidad y seguridad del protocolo.

La minería otorga el puente entre lo físico y lo digital que da seguridad a Bitcoin. Para poder hacer que Bitcoin funcione, es necesario emplear recursos. Quién mayor recursos tenga tendrá mayor probabilidad de obtener recompensa de minería, mas no puede cambiar el protocolo por sí mismo ni esperar que pueda sobreponerse a todos los nodos. Los nodos de minería no pueden suplantar a los nodos de verificación, y su única esperanza es emplear poder de cómputo para corromper la cadena de bloques por un periodo corto y solo en el presente. Bitcoin, en sí mismo, no necesita ningún gobierno en particular ni ningún gobierno en absoluto para proporcionar seguridad.

Si el gobierno y los grupos que practican violencia gastan energía para obtener dinero, Bitcoin transforma energía a través de la electricidad en dinero, propiedad y seguridad. Como si de una red autosuficiente y consciente de inteligencia artificial se tratase, la red de Bitcoin se alimenta de energía con la prueba de trabajo para estampar el tiempo sobre el ciberespacio. Así como el agua a través de millones de años moldea cañones y montañas inimitables pero grandiosos, así la minería crea una cadena de bloques que es cada vez más difícil de recrear pero fácil de verificar.

Pero el sistema distribuido que es Bitcoin es una herramienta de sus usuarios: los individuos. Para otorgar seguridad por sí y en sí mismo, Bitcoin necesita cumplir con el principio de el riesgo compartido: en sistemas centralizados, un solo individuo o grupo de individuos carga con todo el riesgo dependiendo el sistema de unos pocos. En Bitcoin, ya que el riesgo está distribuido la pérdida de uno o dos individuos que funjen como nodos del sistema no es crítica, y la seguridad incrementa mientras más participantes haya. Nodos que verifiquen y validen Bitcoin, y nodos que hagan minería de Bitcoin corren a cargo de personas que pueden incurrir en un riesgo personal de coerción y/o cooptación, el cual deben estar dispuestos a correr si creen que los beneficios de Bitcoin los vale.

La seguridad de Bitcoin se otorga por el poder de cómputo distribuido que hace minería y selecciona las transacciones, y los nodos que verifican las transacciones. Ambos trabajan en conjunto, y dependen el uno del otro, los mineros al recibir subsidios de bloques (nuevos bitcoins minados) y comisiones, y los nodos verificadores que usan bitcoin como dinero. La minería necesita recursos, por lo que un actor racional gastaría los mismos con objetivos de ganancia y por ende se ajustaría a las demandas del protocolo. Solo un agente estatal podría minar incurriendo en pérdidas con objetivo de atacar Bitcoin, por ejemplo, para bloquear cierto tipo de transacciones. No es posible saber si algún actor incurriría en esta acción o no, pero sí podemos guiarnos por el presente: Bitcoin es el único dinero a la fecha que ha resistido el control estatal.

Las fuerzas de seguridad de Bitcoin se basan completamente en las acciones de interés propio de personas individuales, específicamente:

- Riesgo compartido

- Disipación de energía

- Regulación de poder

Estas fuerzas dependen unas de otras en orden. Sin compartir el riesgo, la energía no puede disiparse en el sistema para equilibrar el poder de un censor. Con estas tres fuerzas intactas, Bitcoin puede estar seguro. Sin ninguno de ellos, una tecnología no es Bitcoin.
- Eric Voskuil

Mas Bitcoin no solo es dinero. También es más que propiedad y escasez digital. Bitcoin es más que consenso. Bitcoin es matemáticas. Bitcoin es verdad pura. Bitcoin es certeza. Bitcoin es seguridad. Bitcoin es tecnología. Bitcoin es una red. Bitcoin es un protocolo. Bitcoin es ciberespacio. Bitcoin es mitad máquina, mitad organismo viviente. Bitcoin es un ecosistema. Bitcoin es destino. Bitcoin es tiempo. Bitcoin es.

Las cifras más asombras sobre Bitcoin van más allá de aquellas financieras o monetarias, pero podemos empezar por estas. Se han liquidado (es decir, pagos finales) más de $105 millones de millones de dólares estadunidenses dentro de la red(10¹² billón en español, trillón en inglés americano); como referencia, el producto interno bruto a nivel global en 2021 fue de $95.61 millones de millones de dólares de acuerdo al Banco Mundial. La transacción más grande registrada en Bitcoin en valor fiat fue de $1.1 mil millones de dólares estadunidenses el 10 de abril del 2020 por un coste de $0.68, es decir, una comisión del 0.00000006%. Como referencia, Mastercard cobra una comisión de 0.1375% por transacciones superiores a $1,000 y 0.01% por transacciones superiores a este monto. Bitcoin ha procesado más de 793 millones de transacciones desde enero de 2009 a enero de 2023.

Bitcoin lleva 9 años seguidos funcionando de manera interrumpida al 100%, es decir, ha estado en línea 24/7 los 365 días durante nueve años. El récord de menor tiempo de baja en un año para una red eléctrica lo tiene Alemania, con 15.31 minutos o un funcionamiento de 99.9971%. Bitcoin ha estado en línea el 99.9879% del tiempo desde su lanzamiento el 3 de Enero de 2009 a las 02:54:25 GMT. Como referencia, la red eléctrica de los Estados Unidos tiene una fiabilidad de 99.95%. Los servicios críticos de infraestructura operan bajo el estándar de los cinco nueves: 99.999% de fiabilidad o tan solo 6 minutos de baja por año. Bitcoin lleva nueve años consecutivos y once de trece años de existencia con una fiabilidad perfecta, superando obras maestras de ingeniería de la humanidad que cuentan con recursos públicos y privados cuantiosos, comités de fiabilidad y acceso preferencial al mejor capital humano.

Por otra parte, la red de Bitcoin emplea 242.36 millones de TeraHashes por segundo (Tera = 10¹²) a fecha de 4 de enero de 2023. En las ciencias de la informática, los tipos de datos pueden ser, entre otros, números enteros o reales (con decimales). A los números enteros, que pueden ser negativos, se les conoce como integer o int. A los números reales, se les conoce como floating o float. La función hash de Bitcoin emplea números enteros, y se estima que cada una de ellas utiliza en promedio cuatro mil operaciones de dígitos enteros por segundo (INTOPS) en números redondos. Esto equivale a 969,440,000 peta (10¹⁵) INTOPS. Convencionalmente, el poder de las computadoras se mide por el número de operaciones de dígitos reales por segundo (FLOPS). Si bien no es lo mismo, ya que tanto tipos de datos integer como floats pesan 32 bits, podemos asumir equivalencia por simplicidad. Como referencia, el poder instalado de todas las supercomputadoras del mundo de acuerdo a Top 500 es de 4834.38 peta FLOPS. Bitcoin es sin duda la red de cómputo más grande y poderosa sobre la tierra.

Hay 34,377,230 direcciones activas con un balance en Bitcoin superior a $1 dólar estadunidense. Si asumimos que cada dirección es utilizada por una persona, hay más de 30 millones de usuarios de Bitcoin. Hay más de 15 mil nodos de la red Bitcoin que validan y verifican bloques y transacciones. El promedio del tiempo medio de confirmación diario (cada cuántos minutos se genera un bloque y se confirman las transacciones incluidas en este) es de 9.4 minutos eliminando los días de sus inicios con bajo volumen de actividad donde el tiempo era de 0 minutos.

En diciembre de 2019, sobre el 70% del poder de cómputo de la red en base a la minería (la hash rate) se localizaba en China. En enero de 2022, Estados Unidos tenía el 38%, China el 21%, Kazakhastan el 13%, Canadá el 6.5%, Rusia el 4.5%, Alemania el 3.1%, Malasia el 2.5%, entre otros. Bitcoin es un fenómeno global y móvil, y prueba de ello es que a pesar de haber crecido enormemente el poder de cómputo, se despresurizó la centralización del mismo a pesar de que China recuperó minería con todo y prohibición del gobierno. Se estima que este poder de cómputo emplea entre 50 y 150 TWh de electricidad anualente, con un estimado medio de 100 TWh. Esto lo ubicaría como el 33 país con mayor uso de electricidad del mundo, sin ningún tipo de esfuerzo coordinado ni aparato oficial. La electrificación de los Estados Unidos en el siglo 20 fue considerada por la Academia Nacional de Ingeniería (National Academy of Engineering ) de ese país como el mayor logro de ingeniería del siglo 20. De manera completamente distribuida, orgánica y descentralizada, el sistema Bitcoin logró ser una de las mayores redes energéticas del mundo en tan solo 13 años.

Los nodos aceptan cadena con la mayor prueba de trabajo para construir el siguiente bloque. Si alguien decidiese atacar Bitcoin al crear unos nuevos bloques falsos, tendría que recrear toda el historial de Bitcoin. Si un agente malicioso juntase el 100% del poder de cómputo actual de la red, necesitaría 810 días para poder recrearlo en su totalida y después emprender su ataque. Esto implica que tendría que utilizar toda esa electricidad, y juntar todo ese poder de cómputo para recrear toda la cadena, y luego esperar que el siguiente bloque lo generen ellos y no un nodo honesto. Si bien esto es un axioma, la probabilidad de que se den todas estas condiciones nos da una idea de porque Bitcoin es el sistema distribuido más seguro de la historia.

Y lo más increíble de todo, las cifras anteriores son todas públicas y verificables. Bitcoin es el sistema monetario más transparente de la historia, y el proyecto abierto de mayor relevancia. Quien sea, donde sea y a la hora que sea puede conectarse a la red Bitcoin y auditar la política monetaria, la hash rate, el historial de transacciones, el tiempo, y mucho más. Los nodos de Bitcoin pueden unirse y desunirse del protocolo de forma voluntaria, y las billeteras creadas o abandonadas sin problema. Cualquiera puede ver libremente qué y cómo realiza sus funciones el código de Bitcoin. Bitcoin es código de fuente abierta: de manera voluntaria se permite a los usuarios utilizar, cambiar y redistribuir el software, a cualquiera, para cualquier propósito, ya sea en su forma modificada o en su forma original. Bitcoin es por lo tanto una idea, una serie de ideas que se pudo materializar en un sistema.

Bitcoin es una filosofía para poder determinar la autoridad sobre el uso de recursos a través del consenso sobre la propiedad y cadena de custodia de una propiedad peculiar. El ser humano había pasado de determinar la autoridad sobre este uso de recurso a través de un poder físico a uno abstracto e imaginario como lo son las jerarquías, bajo la amenaza de la violencia. Pero este poder se basa en la confianza y en la defensa, y la tragedia de la humanidad es la larga lucha física por este poder y en los quebrantamientos de esta confianza. Al crear un sistema distribuido y sin permiso que funciona mediante el uso de energía con la prueba-de-trabajo para la selección de transacciones y generación de bloques además de la verificación de los nodos, Bitcoin otorga al ser humano un nuevo mecanismo de defensa: propiedad personal impenetrable.

Bitcoin es un acto de resistencia y rebeldía. A través de un contrato voluntario y ejecutado por las matemáticas, se busca la expansión de la libertad con un dinero ajeno a la autoridad y al monopolio de la violencia. Bitcoin es una herramienta más en la larga lucha del individuo ante el estado, y que busca alterar el curso histórico del dinero y la propiedad.

Imagen de Jason Lowery, twitter @JasonPLowery

Conclusión

Ultimadamente, Bitcoin representa un faro de esperanza en un mundo cada vez más totalitario y opresor. Bitcoin representa la soberanía personal y la libertad individual del ser humano. Rousseau pensaba que “El hombre ha nacido libre y, sin embargo, por todas partes se encuentra encadenado”. Su idea era que, a pesar que el hombre nacía inherentemente libre en pensamiento y conciencia, estaba limitado por el contexto y su ambiente. Que las leyes y la propiedad impedían que el hombre desarrollase su libertad conforme al mundo natural. Y que para lograr esta libertad natural, era necesario eliminar todas las barreras impuestas por la civilización, y que se guiara todo por la voluntad colectiva para el bien común, y cuyo propósito del gobierno fuera imponer esta voluntad colectiva. Su idea era que la voluntad general fuera la ley.

Amo a la humanidad, pero me sorprende que cuanto más amo a la humanidad como un todo, menos amo al hombre en particular.
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Fyodor Dostoyevsky

Bitcoin es la antítesis a esta idea: la libertad individual termina donde empieza la del prójimo. Bitcoin no aboga por un mundo sin obligaciones, mientras se cumpla con las obligaciones para formar parte del protocolo, el cual es voluntario, Bitcoin otorga propiedad absoluta y libertad. No puede haber voluntad colectiva ni bien común, ya que lo que es de todos no es de nadie. La utopía del bien común ha inspirado ideologías que han causado daños incuantificables a la humanidad. La idea de Rousseau de la voluntad colectiva llevó al reino del Terror en la revolución francesa. Las normas de Bitcoin no son impositivas y están ajenas a los dilemas políticos y las religiones civiles o espirituales; las normas forman parte de un protocolo: una serie de datos objetivos por los cuales se logra consenso o no. La voluntad siempre es personal y, Bitcoin materializa la más profundas de las libertades y de la propiedad, la de nuestra conducta consciente, en algo valioso e incorruptible, un baluarte en el ciberespacio protegido de la coerción del colectivismo y el estado .

Finalmente, la tecnología es la mayor fuerza de cambio de la humanidad. La propia violencia, que ha moldeado a la civilización y transformado la historia, es un incentivo para desarrollar nueva tecnología, pero su impacto es mayor gracias a esta: los más de 230 millones de muertos en conflictos armados del siglo 20 lo atestiguan. La tecnología es disruptiva: corta la continuidad en el lugar y/o en el tiempo de manera brusca. La tecnología emergente es imposible de parar, y quienes la ignoran al principio solo retrasan la inevitable disrupción. Bitcoin es una tecnología novedosa e insólita que trae consigo disrupción. ¿Y qué es lo que cambia Bitcoin? Todo.

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Ricardo Alonso Esparza Gamez

Interests: Energy, Sustainability, Economics, Bitcoin, Finance, Technology, History, Art.